Nos desayunábamos el día 13 de diciembre con la
noticia de que seguramente la
Audiencia Nacional pondrá en libertad en fechas próximas al informático
francoitaliano, Hervé Falciani, detenido en España desde julio de 2012, acusado
de copiar 130.000 cuentas de supuestos evasores fiscales, obtenidas mientras
trabajó para el banco HSBC de Ginebra (Suiza). Lo hará porque así se lo ha
pedido la fiscalía, que se ha sumado a la petición de excarcelación que había
presentado su abogado en el proceso de extradición a Suiza que se sigue contra
él en España.
La “lista Falciani” incluía también a 659
defraudadores españoles en Suiza, entre ellos al presidente del banco
Santander, Emilio Botín, y varios miembros más de su familia. Falciani había
hecho así un favor fiscal de primer orden a la sociedad española, y a unos
cuantos responsables de la política
fiscal y judicial, pero en realidad quedó detenido al bajar de un ferry en
Barcelona, acusado de cometer un delito inexistente en España (vulneración del
secreto bancario).
La “justicia” nacional
e internacional se ponía así, una vez más, al servicio del poder financiero
mundial. HSBC (The
Hong Kong and Shanghai Banking Corporation), una de las más grandes
sociedades de servicios bancarios y financieros del mundo, con sede central en
Londres, y la segunda mayor empresa mundial en acciones, podía seguir rapiñando
al mundo sin sobresaltos. Falciani, un empleado díscolo en su sucursal de
Ginebra, estaba entre las rejas de la cárcel de un país sumiso y obediente.
Unos días antes, conocíamos que, tras una investigación del Senado
estadounidense, el mismo HSBC deberá pagar una multa de 1.900 millones de
dólares por operaciones de lavado de dinero procedente del tráfico de drogas de cárteles mejicanos y la
financiación del terrorismo (Irán, Corea del Norte y Siria, sobre los que pesan sanciones del Gobierno
norteamericano).
La filtración de la información llega en el mismo día en que el banco
británico Standard Chartered aceptó pagar una multa de 327 millones de dólares
a cambio de cerrar una investigación estadounidense en su contra por violar las
sanciones impuestas a determinados países. Casi simultáneamente, el banco
británico, con sede en Londres, aunque el 90% de sus ganancias provienen de
Asia, África y Oriente Medio, abonaba otra multa de 327 millones de dólares por
haber ocultado a Estados Unidos transacciones con entidades iraníes sujetas a
sanciones económicas en este país. Los tramposos denuncian, asumen multas,
cobran multas y engañan para poder seguir perpetrando trampas tras trampas.
Emerge así con todo ello el detrito procedente del mundo financiero, tan
tramposo, tan mentiroso. Un banco es capaz de obligar a un país a detener y
encarcelar a una persona que ha osado revelar una lista de delincuentes
fiscales, amparados en una ley injusta y perniciosa de Suiza, paraíso del
defraudador y del insolidario. De hecho, hay países que viven magníficamente
debido a su experiencia en fraude y usura.
Ese mismo banco se convierte, si conviene, en reo y paga una multa de
irrisión, teniendo en cuenta sus beneficios totales y globales. Juegan al
Monopoly con todos nosotros, pues nos toman por simples billetes de pacotilla y
muñequitos de plástico; en realidad nos toman por idiotas poseedores de unas
tragaderas sin fondo. Nosotros, a cambio, asumimos sus deudas con nuestro
propio dinero, y se las devolvemos limpias de polvo y paja, mientras pagamos sus
deudas como perfectos imbéciles.
Queda la desobediencia civil. Queda la lucha abierta, directa y no violenta
mediante la insumisión o la objeción fiscal, en nombre de lo que aún nos queda
sin tocar (¿o no?): la conciencia cívica y ética.
Este señor es un héroe que debería ser condecorado con la máxima distinción estatal y la ONU debería nombrarlo para un alto cargo porque con su comportamiento ha hecho avanzar muchísimo las causas de la justicia social, la igualdad y la democracia. Se deberían fomentar y premiar este tipo de actos para que así los grandes defraudadores no pudieran al menos dormir tranquilos pensando que en cualquier momento podrían ser descubiertos. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/05/breve-reflexion-dominical-sobre-la.html
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