28.12: Ocupación de algunos Bancos

Unas cuantas personas consideramos que hay que llevar también a la calle las ideas y los planteamientos teóricos, y decidimos ocupar algunos Bancos de Zaragoza el 28 de diciembre (Ziegler dixit...). La condición era hacerlo en absoluto silencio y mostrando carteles con mensajes que pudiesen leer fácilmente los empleados y clientes del Banco. Están descartados, pues, los gritos y el coreo de consignas.

Hacia las 9,45 de la mañana entramos cuatro personas en la sede central del Banco de Santander, un antiguo palacio situado en la céntrica calle del Coso. Tras unos momentos de idas y venidas, dos empleados de seguridad nos comunicaron que, tras “consultar con Madrid”, no había inconveniente en que estuviéramos allí con nuestros carteles, que debían poner sumo cuidado en no emplear ningún tipo de violencia con nosotros y que debíamos guardar distancia con las mesas del personal del Banco, pues sus conversaciones telefónicas y presenciales eran confidenciales. (Las imágenes son deficientes, pero estaba prohibido hacer fotografías).

Allí estuvimos cerca de dos horas. Buena parte de la gente (e incluso alguna persona del Banco) que se cruzaba con los mensajes de nuestros carteles transmitían su acuerdo y apoyo de palabra o mediante gestos. En el tramo final de nuestra estancia, alguien del Banco se acercó hasta nosotros, nos dio una fotocopia con unos diagramas que recogían el Informe Wyman sobre “estrés bancario” y mediante el que pretendía convencernos de que el banco Santander estaba a salvo del rescate bancario y era un banco sano, al margen de nuestras reivindicaciones. Incluso nos indicó que nuestro lugar estaba en otras sedes bancarias (indicó algunas).

Como nos fue fácil colocar a cada uno en su sitio (incluido el Banco Santander), se fue por donde había venido.

A renglón seguido, ya ocho personas fuimos a la central del BBVA, sita en la Plaza de España, donde estuvimos algo más de una hora, mostrando los mismos carteles. No hubo incidente alguno y observamos reacciones similares entre personas y clientes del Banco.

Después nos afincamos en el exterior de la misma Plaza de España durante cerca de una hora, donde circulaba mucha gente, que solía detenerse para leer el mensaje de los carteles. Tampoco hubo incidentes.

Finalmente, tras juzgar inviable, por pequeña, una sucursal céntrica de Bankia en Plaza de Aragón, apuramos otros quince minutos, mostrando nuestros carteles en dicha plaza.