Ayer se produjo
una vuelta de tuerca que por unos días me tendrá tranquilo en casa o haciendo
recados un rato, tomándome un descanso hasta después de las fiestas del
solsticio de invierno y de principios de año. He podido soportar en los dos
últimos años los rigores del frío riguroso de Zaragoza, pero una mínima
prudencia me lleva a planteármelo de momento de otro modo. Las reivindicaciones
y las denuncias en la vía pública durante el invierno pueden quedar entre paréntesis,
aparcadas, pues mis insuficiencias circulatoria y cardíaca no me lo permiten.
No se trata de “sacrificarme” o “resistir” más o menos, sino de no quebrantar lo
que me queda de salud, impidiendo así cualquier tarea.
Beatriz tiene
intención de proseguir. Un beso especial para ella. Otras, incluidas Marga
(ahora lesionada) y Marisol, cuando
puedan y sus obligaciones se lo permitan. De momento, continuaré con la lucha
por mi derecho a obtener una prestación de MUFACE en ordena recambiar mi silla
de ruedas. No descarto movilizaciones, esporádicas y permanentes, in situ. Esta fotografía muestra que la
luz sigue estando encendida.
Hoy debían
comparecer ante la Delegación del Gobierno por el asunto de la sanción que me
impusieron el 30 de abril por supuestamente organizar y convocar una concentración
ilegal Marga, Susana y Víctor. Dados mis nuevos horarios y pocheces, desconozco
qué y cómo ha ido la cosa.
Tampoco vi ayer
el “Cara a Cara” entre Rajoy y Sánchez. ¡Uf, qué alivio!
J. S. Bach nos
deleita con su Cello Suite nº 1
Hasta mañana
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