domingo, 23 de noviembre de 2014

Por qué formo parte desde ayer de una candidatura al Consejo Ciudadano de Pdemos Zaragoza





He tenido un sueño. No ayer ni anteayer, no es uno de esos sueños que se esfuman al recobrar la conciencia o a medida que vas cumpliendo años. He tenido un sueño que me crece dentro desde hace años y abraza a todos y cada uno de los seres humanos.
He tenido un sueño que me hace seguir viviendo, sobre el tablón donde much@s sobrevivimos desde el último naufragio. Sobre ese tablón ahuyentamos juntos nuestros miedos, nos aliviamos la fiebre y nos contamos cuentos de final feliz. Las estrellas nos hacen guiños durante la noche y nuestros ojos llevan clavados en ellas desde el inicio de nuestro viaje por la existencia. He tenido un sueño, sí. Cada vez que lo hago presente, percibo el latir cansado de mi corazón y el temblor de mi alma.
Seis mil millones de seres humanos compartimos hoy en el planeta Tierra nuestra más vinculante y definitoria seña de identidad: nuestra humanidad, que nos hace ser parte y a la vez diferentes del resto de seres conformados por el mismo polvo de estrellas. Por encima de las leyes y de las normas, portamos constitutivamente unos derechos fundamentales sin los que quedamos privados de nuestra humanidad misma. Ese es mi sueño: la plena realización de los derechos fundamentales (vivienda, sanidad, educación, trabajo, libertades ciudadanas, etc.) en todos y cada uno de los seres humanos.
Percibo a veces que mi vida es ya corta; eso no me lleva al desánimo, sino a reafirmarme en mi sueño: mientras me resten fuerzas y vida mi sueño seguirá en mí, cargado de palabras escritas diariamente, ofrecidas diariamente, pero sobre todo compartidas diariamente en la calle con todas las personas con quienes me encuentre en el camino. Nada temo, no tengo miedo de nada. Me apoyo en lo que tengo por valioso, que raramente es amigo de lo fácil. Mantengo la verdad humana por excelencia: al final de la vida vale cuánto y cómo hemos querido, cuánto y cómo nos han querido; al final de la vida se presentará otra verdad (la misma, en el fondo): si hemos intentado ser coherentes con lo que queremos y creemos realmente.
Fotografía: Vera Benavente

La felicidad no es una meta, sino la consecuencia de lo que hemos estado haciendo con y de la vida hasta el último segundo. Por eso mi sueño me permite en estos momentos esbozar una sonrisa y tener la certeza de que todo ha merecido la pena, también gracias a todas y cada una de las personas amigas y compañeras de viaje
He tenido un sueño que me ha permitido avanzar un poco cada día en el descubrimiento de los limites de lo posible y en la esperanza de poder traspasarlos en dirección hacia lo supuestamente imposible. Así he ido también descubriendo la Utopia (lo óptimo, pero no imposible). Así fui aprendido a amar las utopías sobre todas las cosas. 
Ayer ese sueño me mostró una de sus caras, ilimitadas, polícromas, complementarias. Recibí una invitación a que mi sueño reposase en una posibilidad, quizá ni mejor ni peor que otras, de hacerlo realidad con otras personas. Allí están Maru, Sergio, Ana, José…, a quienes aprecio, valoro y quiero. Allí estaré yo también.
Por eso me he sumado a la candidatura de Maru Díaz al Consejo Ciudadano del Círculo Podemos Zaragoza. No sé existir y trabajar a medias. Estaré allí al 100% a pesar de y con todas mis limitaciones, pues he tenido un sueño y el sueño puede hacerse realidad también a través de Podemos. Desde ayer es una opción más en mi vida.

He tenido un sueño. Sigo teniendo ese mismo sueño ahora también como miembro de Podemos y de esa candidatura de Podemos. Nada cambia. Me encontrarás como siempre y donde siempre. Salud y un fuerte abrazo.








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