Diario de un perroflauta motorizado, 452

Ayer vi en la tele a Rajoy hablando en el Congreso. Me llamaron mucho la atención (cito de memoria) unas determinadas palabras. Vino a decir que “todos queremos trabajo y buenos hospitales públicos y todos queremos estudiar…”. Quizá mis antenas parabólicas están pasadas de rosca, pero me quedé pensando en el giro taumatúrgico de desvincular “público” de “estudiar” o de “escuela”. El poder de la palabra y del lenguaje es enorme. También cuando en lugar de utilizar palabras, algunas de ellas se ocultan, se tapan como si no existieran. Por ejemplo “pública”.

Ayer vi en la tele a Pablo Iglesias en el mitin celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, supletorio del debate sobre el estado de la nación, en el que Podemos no intervino por razones obvias. Me quedé enganchado en unas determinadas palabras del dirigente de Podemos: “escuela pública, universal y de calidad”. ¿Y laica, me pregunté? ¿Se habrá olvidado de “escuela laica”? Estamos en período electoral hasta noviembre, nos acercamos a la mesa de los distintos trileros de las distintas opciones (¿dónde está la bolita?) y a la hora de la verdad nunca acertamos. El poder de la palabra y del lenguaje es enorme. También cuando en lugar de utilizar palabras, algunas de ellas se ocultan, se tapan como si no existieran. Por ejemplo, “laica”.

Constatamos diariamente en el portal de la Consejera aragonesa de Educación que muchas personas asumen ya la escuela pública y solo arremeten contra nuestros carteles los acérrimos defensores de los intereses privados de la red privada de la enseñanza privada (me salen sarpullidos cuando utilizo la palabra “concertada”).

Constatamos diariamente en el portal de la Consejera aragonesa de Educación que no pocas personas tienen muchas reticencias con la escuela laica, interpretada como antirreligiosa y anti-católica.

No es de extrañar la elección y la omisión de determinadas palabras por parte de Rajoy y de Iglesias a la hora de hablar de la educación, la enseñanza y la escuela.

Mañana con no poca gente que nos animaba al pasar. He conocido a David, que con Sara, su madre, han estado en el portal de la Consejera. ¡Majo muchacho! De tal palo, tal astilla.

Mila y Marisol también han alegrado la mañana.

Hoy el Canto a la Libertad ha sido grandioso. Mila, en el suelo, pintando al perroflauta y a Marisol

Este es el dibujo. ¡Gracias, Mila!

Entre la pubertad y la adolescencia, me encantaba el Vals de las Flores, de Tchaikovski.  Mi hermana trabajaba en una emisora de radio y me la puso alguna vez después del “parte” (único y verdadero “informativo” franquista) del mediodía. ¡Qué recuerdos!

Hasta mañana