jueves, 12 de febrero de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 442





Aragoneses, catalanes, andaluces, vascos, madrileños… Alemanes, italianos, argentinos, judíos, árabes, chinos…Montserrat Caballé, Napoleón, John Wayne, Charles Chaplin, Stalin, Einstein, Mozart, Picasso… Salvo quizá con alguna excepción, en cada uno de estos casos hemos colocado una etiqueta, por la que adjudicamos unos rasgos y unas características determinadas a cada grupo o persona, que los diferencian del resto. A veces, estas etiquetas se convierten en verdaderos sambenitos para los interesados.
La persona que utiliza estas etiquetas o estereotipos está suponiendo y esperando el cumplimiento de esos rasgos en la realidad, pues sería una sorpresa e incluso una decepción para ella, por ejemplo, un alemán no sistemáticamente trabajador o un andaluz que cuenta chistes sin gracia o un argentino que no abre la boca en una tertulia. Su expectativa no es tanto que el estereotipo refleje la realidad, como que la realidad misma se ajuste al estereotipo.
Seamos o no conscientes de ello, quedan silenciosamente agazapadas en los recovecos de nuestra mente y nuestras vísceras un buen número de prejuicios, ideas y creencias preconcebidas, actitudes, fobias e inclinaciones, difícilmente aceptables y aceptadas si y cuando afloran a nuestra consciencia. De paso, vamos endosando etiquetas a cuantos deseamos/necesitamos, según su etnia, sexo, procedencia geográfica, estatus social, político y económico, preferencia sexual, etc.
Esa adjudicación de etiquetas tiene efectos casi imborrables, no en vano, originariamente, un estereotipo era una impresión tomada de un molde de plomo que se utilizaba en imprenta en lugar del tipo original, al igual que en francés un cliché está relacionado también con un tipo de imprenta. De hecho, ya nos encargamos bien de que así sea: captamos especialmente aquellas conductas, actitudes y rasgos ajenos que más confirman nuestros prejuicios estereotipados sobre determinados grupos, e incluso convertimos sistemáticamente un acto aislado en principio universal por medio de un tosco acto de generalización. Dos españoles que atracan un banco son dos delincuentes, pero en otros casos son dos-peligrosos-inmigrantes-vagos-delincuentes-que-vienen-a-nuestro-país-a-quitarnos-el-trabajo.

Y es que el estereotipo gusta del simplismo y de la simpleza, especialista como es en fabricar generalizaciones indefinidas. Su antídoto principal consiste en conocerlos, someterlos a un análisis crítico, para dejar de encasillar sin ton ni son a las personas. También, tener una cierta visión crítica de un@ mism@.
Digo esto porque de vez en cuando asoma por el portal de la Consejera una gente que, como quien no quiere la cosa, te lanza una serie de etiquetas, principalmente para ver cómo reaccionas. Y entonces reacciona como puede un señor mayor que va en silla de ruedas, su salud cada vez más deteriorada, que se tiene por perroflauta de tanto estar en la calle a pocos metros de otros perroflautas, que amó la enseñanza y una forma determinada de vivir, que reivindica ahora la escuela pública y laica portando un cartel medio desvencijado, marxista convencido y a mucha honra, no es de centro ni de derechas ni de abajo, sino que intenta ser de izquierdas aunque a veces demuestre poca mano izquierda, que cuando necesita tranquilidad interior piensa en su hijo y en su hija, ex marido, ex miembro de una multitud sin fin de asociaciones, sindicatos y partidos, que cada vez percibe con mayor nitidez y detalle el horizonte hacia el que ha estado caminando, que ama a l@s amig@s que aún tiene y lamenta la pérdida de otr@s.


Aristóteles detiene mis pensamientos diez minutos antes de las doce del mediodía en el portal de la vivienda de la Consejera aragonesa de Educación. Se acerca, estrecha mis manos, clava sus ojos en los míos y me dice: “Los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita amigos”.
Entonces me he sentido especialmente feliz.

Primera parte de la jornada matutina pasada por la humedad y una lluvia fina. Carmen, por fin, sale fotografiada. Mari Carmen ha tejido para mí una braga bonita que resguarda muy bien del frío. En Zaragoza hoy se celebra el “Jueves Lardero”, se come longaniza y se bebe vino. Es lo que hemos hecho hoy en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, brindando por la escuela pública y laica después de cantar a pleno pulmón el Canto a la Libertad.







Alguien rozó a las 12,59 horas de la mañana una sola nota del teclado y del piano brotó una sílaba mágica, llena de burbujas de vida: Qi. En China y otras zonas del Oriente con Qi quieren señalar a un supuesto principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como «flujo vital de energía.
(Un abrazo especial para mi buen amigo y compañero de caminos Tino, asturiano bueno y todo corazón. ¡Recupérate pronto!).
(Nacho, Ana, Antonio: estoy con vosotros en este trance amargo. Muy pronto amanecerá y lo celebraremos juntos).

Hasta mañana







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