Hace un semana moría Francisco
Javier Soria, 36 años, casado, sin hijos, militar español. Un obús israelí
hacía pedazos la torre donde vigilaba con unos compañeros cómo Israel y Hezbolá se mandaban mensajes de muerte en
el sur del Líbano (aclaración: Hezbolá son “los terroristas”, Israel forma
parte de “los aliados”).
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mandó un tuit: «Mi
más profundo pesar por el fallecimiento del militar español en Líbano. Mi
afecto y condolencias a su familia y compañeros». Y sanseacabó. Desapareció la
noticia en el cementerio de las noticias. La muerte quitó la vida a Francisco
Javier Soria y el protocolo se extinguió apenas nacido, ahuyentando la pregunta
de qué pintaban él y todos los demás en un sitio como aquel.
Otra pregunta: ¿La mujer de Francisco
Javier Soria ha sido incluida en la lista de las víctimas del terrorismo?
Otra pregunta más, empeñada en no irse de allí: ¿qué es eso de terrorismo? ¿quiénes son los terroristas? ¿Quién está legitimado para ir repartiendo carnés de terrorista y demócrata?
Recuerdo un cuento de León Tolstoi
(Iván el Imbécil, página 34), que leí hace muchos años en un viejo libro (Editorial Libra. Colección
Púrpura. 1972). Dice así:
“El viejo diablo declaró al
pueblo que todos los imbéciles deberían inscribirse como soldados, y que
cuantos se negaran a hacerlo serían condenados a muerte.
Los imbéciles acudieron a casa
del voivoda.
- Nos dices -exclamaron- que
si nos negamos a ser soldados, el zar nos matará; pero no nos dices lo que se
hará de nosotros cuando seamos soldados. Parece que también se les mata.
- Así sucede, en efecto.
Al oír los imbéciles esta
respuesta, se obstinaron en su negativa.
- No seremos soldados
-gritaban-; preferimos que nos maten en nuestra casa, ya que de todos modos nos
han de matar”
Huelga cualquier comentario.
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De los últimos resultados de las últimas
encuestas de expectativas de voto solo decir a) que estoy cada vez más harto de
elecciones y ganar elecciones, pues b) lo que quiero es contenidos, programas,
propuestas de qué y cómo alcanzar utopías c) recogidas en un frente
popular o como quiera llamárselo.
Hoy la mañana ha sido de una dureza
grande a causa del frío. Desde mi cuarto he podido ver los tejados blancos y en
la calle los coches también mostraban una capa blanca de la nieve –escasa- caída
durante la noche. Al llegar a la Plaza de España -2º. En la calle Alfonso, en
el portal, el cierzo ha ido en aumento a medida que avanzaba la mañana.
Marisol y el perroflauta motorizado
han estado allí. De vez en cuando se miraban, sonreían y continuaban. A las 12
de la mañana han cantado con tranquilidad, saboreando ese instante, el Canto a
la Libertad. El perroflauta motorizado
ha necesitado en esos momentos aferrar con fuerza el brazo de Marisol. Sabía y
notaba que en esos precisos momentos miles, millones de personas estaban allí,
con los dos, por la escuela pública y laica.
Si alguien ha bailado con esta canción,
adivino su edad rápidamente:
Hasta
mañana
Concrecio para conseguir la utopía en un frente Popular. No conseguiremos la utopía sin antes conseguir la hegemonía.
ResponderEliminarPero entiendo que ambos hechos pueden ir de la mano. Conseguir mayorías sin olvidar lo programático.
Un abrazo amigo!