Llevo una temporada entre médicos, pruebas y medicinas (desde anteayer, ingiero 20 pastillas diarias por prescripción médica).
Mi mala salud sigue llevándome de la mano hacia el mundo de la lucidez: cada segundo es un tesoro que vivo con intensa emoción y que incita a comprometerme con cuanto tengo la fortuna de que sale a mi paso.
Hola Antonio...
ResponderEliminarHe estado pensando en tí el fin de semana.
No sabía por qué, pero el pensamiento me llevaba una y otra vez a tí... a tus libros... a tu artículo.
Quizás esté buscando la figura del padre que no tuve.
Quizás este sea el tiempo que me pase la factura de aquel dolor olvidado.
No se, pero he entrado a tu blog y veo que no te encuentras bien, y me dieron ganas de decirte que cuentes conmigo para lo que necesites.
A lo mejor te puedo echar una mano.
Un gran abrazo.
Laura