miércoles, 18 de julio de 2012

Currículos sin salida


 Publicado hoy en El Periódico de Aragón
Publicado en ATTAX Mallorca 
Publicado en ATTAC España

Veo a muchos de ellos hundidos de hombros, medio encorvados. Me he pasado la vida diciéndoles que saber y aprender es una magnífica vía para ser más humanos, mejores ciudadanos y profesionales. He intentado convencerles también de que  la senda del conocimiento pueda llegar a ser una placentera forma de contribuir al bienestar personal y del mundo. Sin embargo, ahora veo que muchos de ellos respiran con dificultad mientras parecen caminar hacia ninguna parte con un pesado fardo a cuestas.
Se han preparado mucho más de lo que se les pedía, pero ahora los proyectos se les han tornado callejones sin salida y su vida les parece truncada sin haber recibido aún alguna explicación creíble. Se imaginaron independientes, con ingresos suficientes para ganarse dignamente la vida, pero ahora a duras penas soportan el dolor a causa del enorme peso que deben cargar día y noche.
Algunos me han ido contando que han cursado una, dos y hasta tres carreras, han hecho masters, cursos, han trabajado en empresas a cambio de casi nada, salvo un papel que documente experiencia laboral, dominan varios idiomas, han ido adonde se les ha pedido, han viajado a otros países donde ganarse la vida. Salvo unos pocos, llevan ahora dentro mucha desilusión y amargura, pues no tienen trabajo ni asoma en sus vidas la posibilidad de tener un trabajo digno y decente.
El otro día leíamos que había descendido en 98.853 el número de parados  registrados en el mes de junio. Este descenso apareció en algunos medios como “histórico” y como “récord” en dieciséis años. Sin embargo, nadie parecía interesado en escarbar sobre esa noticia y preguntar de qué tipo de contratos de trabajo se estaba hablando, la duración media de los mismos, sus condiciones laborales y el salario medio a percibir. Seguramente, la respuesta habría sido que la mayor parte de esos puestos de trabajo son tan efímeros como el humo y a cambio de salarios más que bajos.
El otro día vimos al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciando nuevos recortes sociales y nuevas subidas de impuestos a costa de la  clase media y baja, y destinados a desinfectar suficientemente la banca española hasta que esté en condiciones de pagar sus descomunales deudas con los bancos extranjeros acreedores (principalmente, alemanes, franceses y británicos).
Sin embargo, las generaciones jóvenes españolas no son tontas y saben que se trata de una estafa al pueblo, al que el Gobierno promete crecimiento económico y creación de trabajo a largo plazo a cambio de cuantiosos sacrificios a corto plazo. Médicos, personal sanitario, profesores, mineros, padres y madres de familia, comerciantes, obreros, desempleados, funcionarios, enfermos, dependientes, pobres en ciernes y pobres de solemnidad y un larguísimo etcétera más de ciudadanas y ciudadanos están sufriendo un salvaje expolio de sus derechos laborales y sociales, mientras observan que no se toca a los ricos, a las grandes fortunas, a los propietarios y ejecutivos de las grandes empresas que forman parte del Ibex 35. Ven asimismo que Rajoy tampoco osa hablar de la iglesia católica (11.000 millones de euros anuales recibe de los Presupuestos Generales del Estado) o del Ejército (7.153 millones de euros recibió el año pasado el Ministerio de Defensa).
Rajoy tampoco mencionó a los estudiantes, graduados, doctores, investigadores que ahora se encuentran en la precariedad o en la calle y sin trabajo. En realidad, Rajoy no habló de otra cosa que no fuera congelar o sustraer dinero al pueblo. Mientras, los mineros estaban en el madrileño Paseo de la Castellana, culminando unas memorables jornadas de lucha y de reivindicación de justicia y de trabajo. A Rajoy no se le ocurrió indicar dónde y cuándo encontrar trabajo a todos esos jóvenes que han acabado sus estudios, ahora en expectativa de cualquier cosa relacionada con su preparación profesional. Solo les dijo que si estaban en el paro, iban a tener menor cobertura de desempleo como acicate para seguir buscando trabajo con más brío.
Olvido también hablar de qué cambio de modelo de producción tenía en la mente para su país, salvo hacerse camarero o puta en el Eurovegas de su colega Aguirre. El silencio de Rajoy  cayó a plomo sobre las espaldas de esos jóvenes, aumentando el peso de su tribulación y su cabreo. De niños les contaban cuentos de Grimm y Andersen, ahora pretenden contarles cuentos de Rajoy sobre investigación y desarrollo.
Mientras se preguntan qué tipo de jubilación les va a quedar con tanto año no trabajado y no cotizado en aras exclusivamente del saneamiento de una banca mendaz y tramposa, todos esos jóvenes van y vienen por las empresas físicas y virtuales repartiendo currículos, por si finalmente les cae una limosnita de un trabajo de cualquier cosa por setecientos euros mensuales durante la friolera de un semestre o por un par de meses de temporada de rebajas.


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