Diario de un profeflauta motorizado, 562

No se habla de otra cosa en los medios y tertulias que de la Diada y de Cataluña. Menudo chollo para los que mandan porque de paso no se dice una palabra sobre educación, sanidad, pensiones, trabajo o atención a la dependencia. Los grandes recortadores, Mas y Rajoy, Rajoy y Mas, frente a frente. La patria catalana versus la patria hispanovisigótica. O sea, el timo de la estampita. Al final, solo la ciudadanía resulta esquilmada y estafada.

Entretanto, nos enterábamos ayer de que la tasa de pobreza asciende a 31% en España, frente al 22% de media de la OCDE, el número de multimillonarios (aquellos con más de 6 millones de euros) se ha duplicado durante la crisis, aunque desde el año 2007 el número de personas que tenían que declarar por su patrimonio se ha reducido en una quinta parte, al pasar de 981.498 en 2007 a 178.481 en 2013. Así, antes de la crisis había 3.732 contribuyentes con entre 6 y 30 millones de euros, en 2013 la cifra aumentó a 5.469; mientras que aquellos con más de 30 millones de euros en patrimonio pasaron de 233 personas a 471. Cifras que ponen de manifiesto una cara más  del poliédrico y sistemático expolio de derechos y libertades que lleva sufriendo la ciudadanía desde hace años.

Para colmo, parece que el colegio privado de Cuarte de Huerva ha recibido el concierto económico. Tribunales y demás grupos ideológicos de presión, con la inepta y afecta de aversión a la pública ex Consejara de Educación, María Dolores Serrat Moré, a la cabeza, han dejado cautiva a la escuela pública y han conseguido sus penúltimos objetivos paramilitares. Maldita y malditos sean todos ellos.

Hoy se han detenido bastantes personas para comentar nuestras reivindicaciones y contar sus casos personales. La presencia de Sara ha sido un magnífico regalo de la mañana.

Por lo demás, amarillean los árboles, sus hojas adquieren tonos rojizos, marrones, grises… que nos hablan del próximo ocaso del sol en diciembre, del acortamiento de la luz y del día. Grieg nos habla también de nuestra primavera pasada, que ya no volverá nunca, pues está en el proceso incipiente de abrazar con toda su fuerza y dulzura a Daniel y a los Daniel y Daniela del mundo.

Hasta mañana