Ashley
Madison, la red social internacional de contactos para otra relación para
personas que ya tienen pareja, sufrió recientemente un revés mayúsculo cuando
en julio del presente año un equipo de hackers (Impact Team) se hizo con buena
parte de sus datos (39 millones de usuarios), que al parecer publicaron al no
cumplirse la condición de cerrar inmediatamente la web. Bill Maher en su show
televisivo Real Time with Bill Maher revelaba que de los usuarios activos
descubiertos 37 millones son hombres y 12.000, mujeres. En el tono humorístico
que le caracteriza, Bill Maher comentaba que si solo hay 12.000 mujeres para 37
millones de hombres, quizá sea esta la razón de ver por la mañana a algunas
amas de casa exhaustas y ojerosas en el supermercado, concluyendo que las
mujeres emparejadas que buscan sexo anónimo son como los republicanos
moderados: existen solo en teoría.
Algunas
páginas y blogs recogieron la noticia no precisamente para hacer reflexiones
sesudas o análisis éticos del hecho, sino principalmente para sacar punta al
morbo de la noticia. Como botón de
muestra, en algunos de ellos se encuentran consejos sobre cómo explicar, si tu
pareja encuentra tu correo en la lista de filtrados de Ashley Madison, que no
eres usuario activo del servicio, negando así el eslogan de la red social de
posibles líos entre maridos y novios ajenos: "Life
is short. Have an affair" (La vida es corta. Ten una aventura).
La cosa es que en cuanto unos hackers descubren el pastel cualquier cosa puede
valer con tal de no dormir en el sofá o quedarte el fin de semana viendo la
tele solo con el dedo encallecido de tanto zapear. Niégalo todo, miente, cuenta
fábulas, repite que tu pareja es el único
amor de tu vida o que caiga sobre ti un rayo vengador si estás faltando a la
verdad.
Ashley
Madison se extiende por todo el mundo, incluidas España y Cataluña, se anuncia en
todo medio que no lo prohíba (como hizo, por ejemplo, la 43ª Super Bowl),
rechaza ser un “negocio constituido de corazones partidos,
bodas arruinadas y familias dañadas" y arguye que una web no va a convencer a nadie de cometer adulterio, si
no quiere hacerlo. La cosa es que algún psicólogo, sociólogo, endocrinólogo o
sexólogo debería interpretarnos el dato de que en una web de infidelidades
sexuales con personas igualmente emparejadas se haya encontrado, según Bill
Maher, 37 millones de hombres y solo 12.000 mujeres.
Partiendo
de que cada uno puede hacer con su sexualidad y genitalidad lo que crea más
conveniente (consecuencias incluidas), y compadecido por el mal trago que
estarán pasando no pocos de los descubiertos y escasas descubiertas en las
listas de Ashley Madison, recojo aquí algunas de las posibles razones y excusas
que puedes aducir para justificar tu pequeño traspié: a) alguien
puede haber usado tu correo sin querer;
b) alguien puede haber usado tu correo para hacerte daño y sin que tú lo supieras; c)
te registraste en Ashley Madison a modo de broma; d) todo es un experimento
maligno de los hackers de Impact Team; e) quizá fue un simple acto fallido o un
error de los deditos al escribir en el teclado del ordenador; f) la culpa es de
tu pareja oficial por haberte dejado solo, sin el cariño que necesitas y
haberte hecho poco caso; g) lo hiciste como experiencia porque quieres escribir
una novela/ensayo sobre el tema; h) todo se debe a algún trauma infantil con tu
padre o tu madre; i) prometes dedicación exclusiva a tu pareja y al cuidado de
la casa como compensación; j) prometes
no tocar más un ordenador; k) eso solo fue, pensándolo bien, una tontería; l)
todo se debe a tu signo zodiacal; m) es la primera vez que haces una cosa así;
n) eres un caso más entre 37 millones y es que la carne es débil y las hormonas
son fuertes; o) X es quien te metió en este fregado a pesar de tu negativa; p)
le has demostrado millones de veces que le/la quieres…
Para terminar, una pregunta: ¿este
caldo de cultivo en que se mueven no pocas de las personas apuntadas en Ashley Madison para echarse una
cana infiel al aire (37 millones de hombres y doce mil mujeres) tiene algo que
ver con la creciente violencia de género en Estados Unidos, en España y en el
mundo entero?
Y otra pregunta: ¿no son estas mismas
las excusas aducidas a menudo por muchos políticos en razón de su cargo?
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