Lunes. Puente.
Festivo en algunas Autonomías. (Sobre todo para los que no tienen trabajo).
Hace muchos
años (primeros de los ’70 –soy así de viejo-), un amigo mío –Juan Antonio- me regaló un librito con
poemas de José Hierro. Me marcó especialmente
uno de ellos, de título Respuesta. A
las pocas semanas había compuesto (perpetrado) una canción con aquellos versos
que llegaban al alma: Quisiera que tú me
entendieses a mí sin palabras… Ese poema de Hierro lo he enviado a decenas
de amigos con un único mensaje: yo mismo soy ese poema.
Primero, te
ofrezco el texto del poema
Respuesta. A renglón seguido, el poema recitado maravillosamente por
Herminia Gisbert (ha sido un estupendo hallazgo de hoy mismo), para terminar
con mi canción (aviso a navegantes: nada perdéis si no la escucháis).
RESPUESTA
José Hierro
Quisiera que tú me
entendieses a mí sin palabras,
sin palabras
hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
Que tú me entendieses
a mí sin palabras
como entiendo yo al
mar o a la brisa enredada en un álamo verde.
Me preguntas, amigo,
y no sé qué respuesta he de darte.
Hace ya mucho tiempo
aprendí hondas razones que tú no comprendes.
Revelarlas quisiera,
poniendo en mis ojos el sol invisible,
la pasión con que
dora la tierra sus frutos calientes.
Me preguntas, amigo,
y no sé qué respuesta he de darte.
Siento arder una loca
alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la
sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti,
en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
Criatura también de
alegría quisiera que fueras,
Criatura que llega
por fin a vencer la tristeza y la muerte.
Si ahora yo te dijese
que había que andar por ciudades perdidas
Y llorar en sus
calles oscuras sintiéndose débil,
y cantar bajo un
árbol de estío tus sueños oscuros,
y sentirse hecho de
aire y de nube y de hierba muy verde...
Si ahora yo te dijera
que es tu vida esa
roca en que rompe la ola,
la flor misma que
vibra y se llena de luz bajo el claro nordeste,
aquel hombre que va
por el campo nocturno llevando una antorcha,
aquel niño que azota
la mar con su mano inocente...
Si yo te dijera estas
cosas, amigo,
¿qué fuego pondría en
mi boca, qué hierro candente,
qué olores, colores,
sabores, contactos, sonidos?
Y ¿cómo saber que me
entiendes?
¿Cómo entrar en tu
alma rompiendo sus hielos?
¿Cómo hacerte sentir
para siempre vencida la muerte?
¿Cómo ahondar en tu
invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura
tristeza la lumbre celeste?
Sin palabras, amigo;
tenía que ser sin palabras
como tú me entendieses.
Recitado
Mi canción
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.