Artículo a publicar el próximo miércoles en El Periódicode Aragón
Quizá algún prohombre de la patria me prive del carné de patriota, pero he de confesar que no me emociono al paso de la Legión y la cabra o de la Guardia Civil, pero sí me cabreo mucho al leer algunas noticias relativas a las Fuerzas Armadas. La última: Defensa renegocia una deuda de 26.000 millones en armas que no puede pagar
La cosa viene de lejos. En septiembre de 2003,
el Consejo de Ministros, presidido por José
María Aznar, aprobaba una inversión total de 4.176 millones de euros para
modernizar las Fuerzas Armadas españolas. Hasta entonces habían estado
vendiendo la burra de que el país necesitaba un espaldarazo democrático
internacional mediante el ingreso (aunque de entrada, no…) del ejército hispano en la estructura de la OTAN.
Diecisiete años después proclamaron que el ejército español requería con
urgencia su modernización, es decir, la adquisición, entre otras lindezas, de un
superbuque, cazas EF-2000, 24 helicópteros Tigre, cuatro submarinos S-80, 212
vehículos de combate y cazabombarderos de última generación. "Hoy es un
gran día para la defensa de España y la seguridad de los españoles”, declaró alborozado el ministro de Defensa, Federico Trillo, que añadió que esa
modernización aportaría a la felicidad de los españoles la creación de 5.400
puestos de trabajo. Y a ese fausto día se agregaron otros para comprar algunos
de los armamentos más avanzados del mundo, hasta llegar hoy a que el Ministerio
de Defensa tenga una deuda de 26.000 millones de euros que no puede pagar.
En
efecto, aquellos barros trajeron estos lodos y de una factura global por los
“programas especiales de armamento” de
30.000 millones de euros (3% del PIB español), el Ministerio de Defensa ha
pagado menos de 5.000 y en plena crisis económica nacional y mundial no se ve
en condiciones de pagar el resto de toda esa megalomanía armamentística. En
medio de este circo le crecen los enanos, cuando parece enterarse de que, entre
otras cosas, mantener operativas todas esas armas cuesta 400 millones de euros
anuales y 800 millones más a medio plazo. Y entonces acontece alguna suerte de
portentosa aparición sobrenatural que le lleva al actual secretario de
Estado de Defensa, Constantino Méndez,
a revelar en octubre pasado en el Congreso que” no deberíamos haber adquirido sistemas
de armamento que no vamos a utilizar, para escenarios de confrontación que no
existen y, lo que es más grave, con un dinero que no teníamos entonces ni
tenemos ahora”.
Al parecer, la Ministra de defensa Carme Chacón no escuchó los análisis de
su Secretario de Estado, porque el 29 de julio pasado nos informaba de que el
Consejo de Ministros ha aprobado la adquisición de cinco nuevos Buques de
Acción Marítima para la Armada por un coste de 740 millones de euros. Toda una tomadura
de pelo. Y como PP y PSOE andan a la gresca también sobre quién tiene mayor
culpa por comprar tanto armamento innecesario, ambos partidos vocean la
necesidad de un gran pacto de Estado sobre este asunto, pero nunca antes de las
elecciones del 20-N. Otra nueva tomadura
de pelo.
¿Hasta dónde llega la preocupación de los
implicados? Rajoy sigue vacacionando
en Sanxenxo y Rodríguez Zapatero acaba
de solicitar al secretario general de la OTAN, A.F. Rasmussen, que nuestro país mantenga el rango actual dentro de
su nueva estructura militar: ahora cuenta con 13 estrellas (un teniente general son tres
estrellas y un general de brigada una), y que se consolide Torrejón de Ardoz como
sede del Centro de Operaciones Aéreas Combinado de la OTAN. Entretanto, cinco
millones de parados no tienen estrellas y continúan estrellados.
Según el Instituto
Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, España es el décimo
país en gasto militar por habitante (más de 18.000 millones de euros) con un
incremento de un 34,4% desde 2000, por mucho que se intente por todos los
medios camuflar los gastos en Defensa, incluyéndolos en otros ministerios y
conceptos ( industria, nuevas tecnologías, cooperación internacional…). El
actual Gobierno se proponía conseguir 1.500 millones de euros con la
congelación del las pensiones, es decir, el 8% de lo que cada año destina a
presupuesto militar. Es decir, España es un país puntero en una de las cosas
más inútiles y mortíferas: el armamento y los ejércitos. Los gastos
militares de Estados Unidos se han disparado el 81% en la última década y este
año superarán
los 700.000 millones de dólares (43% del presupuesto militar
global, 1,6 billones de dólares).
¿Cuándo querrán enterarse de que la mejor
defensa es derechos humanos, sanidad y educación para todos, agua potable y
alimentación para todos, trabajo para todos, justicia e igualdad para todos?
Disparar
perjudica la salud (sobre todo la del vecino).
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