Miércoles de la 43ª semana. El
perroflauta motorizado aún saborea la maravillosa jornada del lunes (Marisol y
él aún levitaban esta mañana sobre los tejados de la calle Alfonso). Teresa,
Jonathan, Elena, Marisol y el perroflauta motorizado han estado hoy en el
portal de la Consejera aragonesa de Educación.
A media
mañana, un hombre de unos cincuenta años, algo desgarbado, seco de carnes,
enjuto de rostro, pues lleva alzada la visera, con cierto acento manchego se
acerca al portal ante el que está apostado el perroflauta motorizado. Sobre el
peto lleva colgada una camiseta de Marea Verde, flanqueada por sendas pegatinas
de Stop Desahucios y de toda suerte de Mareas ciudadanas en las hombreras.
Rodea la celada un cartel triunfante de la Marea Blanca y alrededor de su gola
cuelga un cartel de “Escuela Pública y Laica” en una de sus caras, y “No
Pasarán” en la otra cara. Al llegar, dice:
“Hola, buen hombre, a quien llaman
‘perroflauta motorizado’. Mi nombre es Alonso Quijano, y quiero acompañarte
toda la mañana, pues te sé sufridor de amores no correspondidos, sin una
Dulcinea (en realidad, mi Dulcinea se llama Lou
Andreas-Salomé) que te consuele cuando te asaltan las
desventuras. Al parecer, llevas diez meses a la puerta de tu señora, doña María
Dolores, poseedora de tu corazón. No desfallezcas. Reposa y duerme, mientras
velo tu silla motorizada, tu flauta y tu can. Mi escudero, Sancho, un labrador
vecino mío, hombre de bien, pero de muy poca sal en la mollera, leerá
entretanto lo que he dictado escribir a Pedro
Recio, médico de mi pueblo. Lee, Sancho”, ordenó el señor
Alonso Quijano. Estas son las palabras que salieron de la boca de Sancho,
gobernador en plaza de la ínsula de Remolinos:
“Veo
a millones de seres humanos en el fondo del abismo, donde el hambre, la miseria
y la muerte pasean a su antojo, pues los amos del mercado así lo deciden
mediante sus devaneos especuladores.
Veo a
millones de seres humanos ante una encrucijada, la encrucijada decisiva de la
vida, a ellos me dirijo ahora. Por mucho que intenten mirar hacia otro lado,
son conscientes de adónde conducen los dos caminos.
Si
elegís el camino que parece más cómodo, menos empinado y más vigilado por las
fuerzas del orden para que no os asalten los bandoleros antisistema, agradaréis
a casi tod@s l@s que os rodean y acompañan, pues ell@s mism@s también tomarán
ese mismo camino. Habréis tomado el camino donde os será posible obtener
coronas y ostentar los signos de victoria al uso. La inmensa mayoría de los
partidos políticos, asociaciones, iglesias e instituciones presuntamente
culturales y sociales os apoyarán y aplaudirán, y tanto a vuestras espaldas
como frente a vosotros habrá́ muchas personas con vuestros mismos sentimientos.
Nunca
os veréis solos en ese camino, aunque quizá, apagada la última luz de la casa,
abandonados al silencio de la noche, os sintáis mordidos por la soledad que
está compartiendo vuestra almohada sin caretas. Sobre ese camino, el hombre que
va delante gritará una consigna que resonará y atravesará todas las filas,
nutridas de personas alineadas con vosotros. Os conminará a que cumpláis
fielmente con vuestro deber: combatir en fila, cada cual en el puesto que le
han designado; aniquilar a tod@s aquell@s
que no quieran entrar en la formación.
Por
el otro camino, más difícil, más tortuoso y más escarpado, tendréis poc@s
compañer@s. Oiréis nítidamente las burlas de los demás, pues habéis sido tan
tont@s que camináis con mayor fatiga. Os insistirán que paséis a su bando.
No
descartéis que en alguna ocasión se crucen los dos caminos. Preparaos, pues
seguramente os maltratarán, os apartarán a un lado, o incluso os evitaran
recelosamente y os aislarán. Un cartel colgará de vuestro cuello: “he aquí un
perdedor”, dirá el cartel.
Es el momento de que os sepáis formando parte de la naturaleza y de todos los seres vivos, minúsculos o
gigantescos. Con todos ellos coincidimos en llegar a ser lo más plenamente
posible lo que cada uno es, al menos en germen. Desde que habéis nacido tiende
vuestro ser a desplegar lo que verdaderamente es, y por ello y para ello vivís, amáis, os
aburrís, estudiáis, respiráis, habláis, dormís, os apasionáis, andáis, sufrís,
os preocupáis o sudáis... Cada bocanada de aire con que oxigenáis la sangre es
un paso, progresivo o recesivo, hacia la construcción plena de uno mismo como
ser humano. Lo sabéis bien, por eso habéis escogido el camino difícil y
socialmente maldito.
La vida debería ser ante todo un
esfuerzo agotador y jubiloso al mismo teimpo por llevar a cabo del modo más
pleno posible ese despliegue de nuestro ser. Sois seres limitados e inacabados,
por hacer. Aspirad siempre a más en clave de ser y no de poseer, andad en pos
de vosotros mismos, de vuestros proyectos e ideales. Borrad del camino
emprendido las ideas de lo definitivo y lo perfecto, pues sois una paradoja que
camina: nunca alcanzaréis esa plenitud que anheláis, pues en tal caso dejaríais
de ser quienes sois, víctimas de vuestro propio logro, pero en ningún caso podréis
renunciar a perseguir la utopía, vuestra propia utopía, la utopía que encarnáis
cada un@ de vosotr@s”.
Alonso Quijano y Sancho Panza montaron en sus respectivas
bicicletas y desaparecieron hacia la plaza del Pilar.
Hasta mañana
CONCEDE UNOS SEGUNDOS DE AUDICIÓN AL VIDEO. A ALONSO QUIJANO LE
ENCANTA.
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