miércoles, 12 de marzo de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 202

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Día plácido, casi primaveral. Teresa y Eva han acompañado a Marisol y al perroflauta motorizado. Un placer poner rostro a lo que hasta ese momento han sido solo contactos en redes sociales.


Mi padrino Fernando (él creó y me atribuyó al principio en el portal de la Consejera el nombre de “perroflauta motorizado”) me acaba de contar la maravillosa noticia de que ha entrado también en el club de los abuelos: ha nacido Gael, hijo de su hija Aurora y su compañero Andrés y nieto de Fernando y Pilar. Me he pasado la mañana la mar de contento. Fernando es médico y trabaja también en Derecho a Morir Dignamente –DMD-, asociación a la que pertenezco y en la que colaboro; asociación también a la que deberías adscribirte como soci@.

Sobre todo he pensado en Gael. Lo he imaginado tan chiquito como es ahora y adolescente y adulto... ¡Le he deseado tantas cosas buenas y valiosas, a él y a Daniel y a tod@s l@s niñ@s del mundo! He deseado primordialmente que toda su vida siempre esté llena de cosas hermosas y valiosas, que nunca haya un resquicio en su vida para el tedio y la indiferencia. Por eso he puesto hoy como música inicial “Las horas”, de Philip Glass. Que la vida sea siempre contigo, Gael.
El perroflauta motorizado desea a Gael el dominio de algunos idiomas fundamentales, generalmente olvidados por desuso; que cuando diga “mamá”, “papá”, “agua” o “pan” (o “¡abuelito!”) tenga ya los ojos y el alma y las manos y el corazón tan abiertos que hable y entienda con soltura el lenguaje del  bosque y la roca, la tempestad, el gorrión, la flor, la mariposa, el prado, los precipicios de los montes, las mariquitas, el arco iris, el viento, el calor, la nieve, el frío, la supernova, el incendio y la lluvia, el rugido del macho y de la hembra a punto de aparearse, el electrón, la muerte y el recién nacido como es él ahora…
Por eso le regalo ahora un portal grande, como el portal de la Consejera donde estoy cada mañana, para que allí juegue, viva, crezca, se enamore y cuide de los suyos. Es un portal simbólico, un lugar al que acudir cada día para no darse nunca por vencido, para luchar y ganar con mucha gente más (“somos millones” nos decimos Luis –amigo y compañero de su abuelo Fernando- y yo). En ese portal morarán la utopía, lo máximo, lo óptimo, el ideal. En ese portal vivirá Gael con millones de seres humanos que tampoco pueden vivir sin utopías. Allí estaremos también tod@s los que lo queremos.
Deseo que Gael se reconozca en todos los seres vivos e inertes de la naturaleza y del universo, en ese cúmulo variopinto de imágenes, colores, sonidos, sabores… siempre cambiantes. Deseo también que sienta la unidad de todas las cosas y de todos los seres, cuando abrace y le abrace cada ser en la explosión diaria de la vida. Deseo que en esos momentos Gael  saboree una calma dinámica y permanente dentro de sí mismo y rodeado de todos esos millones de seres humanos que habitan en su portal.
Deseo que Gael ame el lenguaje que apenas necesita palabras: el lenguaje de la empatía silenciosa, de la mirada que se posa en el otro, de la piel, del ligero temblor, del estremecimiento entregado, de los mensajes que se ofrecen a través de los gestos, los ademanes, el hacer y deshacer cotidiano. Deseo, en fin, que Gael y Daniel y todos los niñ@s del mundo dominen el lenguaje del compartir, de no hallar reposo mientras otro no lo tenga. Es un lenguaje que no se enseña habitualmente  en las escuelas, en los medios de comunicación, en las familias, en la calle, en los bares, en los autobuses repletos de gente. Por eso hoy te lo deseo con todas mis fuerzas, Gael.
Un día conocerás otro lenguaje, maldito, que nos enseñan con el primer llanto, con la primera bocanada de aire, con el primer contacto con la leche materna que nos nutre, es una verdad diferente, la verdad de cómo se puede someter a la naturaleza y a los demás. Y muchos estudiantes, principalmente los excelentes, estudian carreras y técnicas intrincadas para someter más y peor aún a la naturaleza (y a los demás…). Así quedamos esclavizados tod@s. Así impiden los poderosos que se aprenda el verdadero lenguaje. Y por eso la naturaleza está en riesgo de quedar muda y yerta. Lucha, Gael, en tu portal (allí estaremos todos contigo: es también nuestro portal) por que el mundo y la vida no acaben mudos y moribundos.
En cualquier caso, si así lo haces, si hablas el lenguaje de la vida que se expande y se recrea en el vivir mismo, podrás escuchar y atender bien al otro, pues habrás aprendido antes el valor del silencio, habrás escuchado con el alma de par en par el enorme rugido del silencio, el gran vozarrón de la soledad.
¡Soledad! ¡Las otras soledades! Allí y entonces podrá acontecer el encuentro, el verdadero encuentro. En tu portal. En nuestro portal. Bienvenido a la vida, Gael. Te quiero.



Hasta mañana

4 comentarios:

  1. Hola Antonio:
    Comentas que tu amigo (el que te atribuyó lo de perroflauta motorizado), ha sido abuelo y tu también lo has sido. Por lo que dices, Daniel es uno de tus principales motores para seguir yendo cada mañana al portal de la consejera. Te sugiero que a partir de ahora dejes de llamarte perroflauta y pases a llamarte "yayoflauta", más acorde con tu nueva condición. ¿Qué te parece?.
    Un abrazo.
    Ana Corona

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  2. Gracias por la sugerencia, pero ya no me cambia ese nombre ni el padrino que me parió.
    un fuerte abrazo

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  3. ¡Viva Gael! ¡Viva Antonio! y ¡viva el padrino que te parió! jajajaja.
    Gracias gracias Antonio. Preciosísima publicación. Gracias a todas las personas que acompañáis en algún momento a Antonio y Marisol. Gracias a ellos por lo que hacen, incansables, pacientes, tolerantes, luchadores y sonrientes.
    ¡¡GRACIAS!!

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  4. Mi querido ahijado, sin duda tus palabras habrán de servir como un faro en la noche para los días de Gael. Le deseo que cuando crezca llegue a parecerse a ti. Gracias por ser como eres.
    Fernando, Pilar, Aurora, Andrés y claro está: Gael.

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