Comienza la 46ª semana en el portal de la vivienda de la Consejera aragonesa
de Educación, Universidad, Cultura y Deporte. El buen tiempo parece haberse
asentado en la ciudad. ¿Dónde han quedado los días de un frío congelante en la
calle Alfonso? ¿Dónde tantas vivencias, encuentros, personas, alientos y
desalientos? Panta rei, decía
Heráclito cada vez que se bañaba en el mismo río distinto, todo fluye, el mundo
y la vida son devenir. Somos devenir. Caminamos ya sobre el 11º mes allí, cada
mañana, de lunes a viernes. Hemos decidido escribir allí y así un año de vida.
Hoy Marisol y el perroflauta motorizado han estado con Cristina y con
muchachas jóvenes y maravillosamente alegres del Instituto público de Motsoriu
(en la falda del Montseny, cerca de Sant Celoni)
Aristóteles, en cierto modo, y sobre todo los empiristas británicos del
siglo XVIII ya decían que nuestra mente, todo nuestro yo, es como una página en
blanco, donde tantos y tantas escribirán, donde yo mismo iré modelando mi
propia biografía. (Sí, sí, la palabra es exacta: “biografía” = escribir la vida
desde la vida misma).
“¿Has escrito algo? ¿Tienes escrito algo?”, pregunta alguno, pensando
en novelas, poemas, cuentos o vete a saber qué. Y la respuesta es pronta y
rápida: no paro de escribir, escribo cada minuto de cada hora de cada día de mi
vida. Me escribo, me escriben, escribo en la vida de los demás… Algunos trazos
son leves y apenas les prestamos atención; otros, en cambio, troquelan lo más
hondo del alma de una persona. Un buen ejercicio para la salud anímica de uno
mismo es repasar con serenidad y cariño las páginas que llevamos escritas de
nuestra autobiografía. Y también aprender a querernos y comprendernos mejor en
esa lectura de uno mismo, pues de este modo querremos y comprenderemos más y
mejor también a los demás. Eso procuramos ser y hacer en ese portal…
En realidad, no somos exactamente una página en blanco al nacer, pues
nuestros genes, nuestro entorno familiar y social, ya nos están escribiendo en
el vientre mismo de nuestra madre. Sí, somos protagonistas de la vida que nos
ha tocado vivir, cuyo guión o rumbo podemos modificar, al menos en parte.
Somos, pues, responsables de lo que hacemos con nosotros mismos, de lo que
resolvemos escribir y no escribir en esa autobiografía (ese “no escribir” es a
veces tan o más importante que lo materialmente escrito). Deberíamos cuidar
también no torcer la escritura deseada por otra persona que está en contacto
con nosotros. Incluso hay ocasiones que una retirada en clave positiva puede
ayudar a otra persona a escribir alguna página de su autobiografía de la que
puede sentirse tranquila, orgullosa o simplemente en paz.
46 semanas, 10 meses y pico… ¡Bien!
Pedro y Begoña, nieto e hija de Marisol, han confeccionado esta bonita
imagen de Marisol y el perroflauta motorizado. ¡Gracias!
El Concierto de Brandemburgo nº 3 de J.S. Bach plasma de manera
maravillosa la fluencia de la vida.
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