PUBLICADO HOY EN HERALDO SANITARIO DE OREGÓN
Hemos conocido por activa y por pasiva que
la OMS recomienda abstenerse de un consumo excesivo de carne roja y carne
procesada, asociadas ahora con una mayor incidencia en varios tipos de cáncer,
como el de colon o el rectal. Sin embargo, 795 millones de seres humanos en el
mundo correrían gustosos ese riesgo con tal de comer alguna vez suficiente y
bien. Eso no me corresponde, dirá la
OMS, eso es competencia de la FAO. Más
aún, la nutrición deficiente es
la causa de casi la mitad (45%) de las
muertes en niños menores de cinco años - 3,1 millones de niños cada año.
Es mejor que te dirijas entonces a UNICEF,
replicará la FAO.
No obstante, la OMS está la mar de
contenta, pues alcanza la fama fácilmente en cuanto abre la boca. Recuérdese a
este respecto, por ejemplo, la gripe aviar y la gripe A o porcina, con el
supernegocio que algunas multinacionales obtuvieron en vacunaciones y
antivirales. Ya en junio de 2010 informaba el diario El País de que la OMS ocultó
los vínculos financieros entre sus expertos y las farmacéuticas Roche y Glaxo,
fabricantes de Tamiflu y Relenza, los fármacos antivirales contra el virus
H1N1. Todo esto, sin embargo, carece de importancia. Lo importante es que, como
declara la Constitución misma de la OMS, su objetivo es “la
salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades" (incluso en algunos
casos, aunque no lo diga explícitamente, ese bienestar es también económico
para algunos de sus colaboradores).
Programa Mundial de Alimentos, una Agencia
especializada en el tema y dependiente de la ONU, asegura que las causas
principales del hambre en el mundo son la falta de infraestructura agrícola y
la sobre-explotación del medio ambiente. A este respecto, casi todo el mundo
oficial se lava las manos: el primer aspecto vuelve a corresponder a la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (y aunque no se diga, principalmente a la Oficina
Mundial del Comercio) y la cuestión medio ambiental, al Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP). Asunto menos recordado es que
Programa Mundial de Alimentos asegura que actualmente existe
comida suficiente para abastecer a la población de todos los países del mundo,
de forma que si se diera un adecuado reparto entre los países ricos y aquellos
en vías de desarrollo no tendría por qué haber personas en estado de
desnutrición. Pero eso lo regula exclusivamente la mano invisible de Adam
Smith, replican los economistas neoliberales y neocon del mundo biempensante y
bienviviente.
Llegan los expertos en alimentación y
dicen que lo importante es el patrón alimentario o la dieta que lleva cada
persona, que el problema fundamental respecto de la alarma producida por el
consumo de carnes rojas y carnes procesadas radica en haber equiparado estos
alimentos con los tóxicos y los aditivos que conllevan, así como en que ahora
se consume más salchichas, codillos o bacón
que lenguado, lo cual demuestra sobre todo que tales expertos visitan
poco las carnicerías y las pescaderías, por lo que desconocen el precio de
tales productos.
Leo en un
revista un artículo dedicado a los “10 países afectados por el
hambre” (Somalia, Comoras, Burundi, Haití…). En un alarde de interacción con el
lector y de sensibilidad con los afectados, a renglón seguido la revista invita a los lectores: “Estos son los elementos de la lista. ¡Vota a
tus favoritos!”. Sin salir de mi asombro, constato que bajo cada país y una
fotografía que eriza los pelos, ofrece la posibilidad de votar a cada país de 1
a 5 puntos (no he llegado a adivinar si el criterio es la lástima o la simpatía
que produce cada país en el lector). Y por si aún fuera poco, al final la
revista remata la faena: “¿Te ha gustado
la lista? ¿Te ha parecido interesante? No te olvides de compartirla con tus
amig@s”.
Mientras se apresta a votar en la mencionada revista,
quizá algún lector, conmovido por la noticia, se está metiendo entre pecho y
espalda una superhamburguesa de carne roja/procesada a la que la publicidad
otorga toda suerte de cualidades beneficiosas para la salud. Otro lector, en
cambio, solo come productos vegetales, si bien modificados genéticamente o
transgénicos. Recuerdo, por último, los cables de
los servicios diplomáticos estadounidenses en Europa publicados por Wikileaks
que daban a conocer cómo el gobierno de Estados Unidos presionaba a la comisión
europea a favor de los intereses de Monsanto, El País revelaba también que España
es "el mayor aliado" de EE UU en su pugna a favor de los transgénicos
en Europa que España cultiva el 75% del maíz
transgénico de la UE. (Empiezo a
atisbar también la posibilidad de riesgo de colon rectal asociado a estos
últimos detalles y datos).
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