lunes, 20 de abril de 2015

Carta abierta a la Consejera aragonesa de Educación, Dolores Serrat




                                                  
                                        Zaragoza 21 de abril de 2014


A la atención de  Dña. María Dolores Serrat Moré
Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte
Gobierno de Aragón



Señora Consejera de Educación:


Vuelvo hoy a dirigirme a usted, tal como públicamente hice en varias ocasiones en El Periódico de Aragón (1), pues me queda poco tiempo de estar cada mañana en el portal de su vivienda, reivindicando la escuela pública y laica y denunciando los recortes perpetrados desde su Departamento, tal como he venido haciendo durante los últimos veintitrés meses.


Así como es inútil pedir peras al olmo, de igual forma sería baldío esperar de usted algún signo de atención durante estos dos últimos años, salvo a través del Delegado del Gobierno de España en Aragón mediante decenas de identificaciones, cuatro sanciones administrativas (la última, de 600 euros, aún en recurso de alzada) y un juicio por lo penal del que salimos inocentes y ratificados como tales después por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.  (¿Dolores Serrat, la política de la cercanía?).

Sin embargo, me resisto a pensar que, tras las conversaciones mantenidas con el Delegado del Gobierno, sus asesores, sus colegas de Partido y de Gobierno e incluso sus propios allegados no le picara la curiosidad o le aconsejara la buena educación conocer personalmente por qué y para qué estaba cada mañana en el portal de su vivienda un profesor jubilado en su silla de ruedas. He de confesarle que me hubiera gustado decirle allí mismo, en la calle, con todo el civismo y las buenas maneras de que soy capaz, una sola cosa: rectifique, señora Consejera, rectifique.

Señora Consejera, usted no ha dejado títere con cabeza en materia educativa y, obediente a las líneas maestras de gobierno y de recortes que le han ido dictando desde instancias superiores, ha estado demoliendo sistemáticamente la educación pública aragonesa. De vez en cuando escucho por la radio alguna de sus declaraciones y veo que suele parapetarse tras las cifras y datos estadísticos que le van proporcionando sus asesores. Es una lástima que no haya dignado visitar sin previo aviso tantos y tantos centros escolares públicos de Infantil, Primaria y Secundaria para comprobar el hacinamiento del alumnado en el aula, incluido el que precisa atención y cuidados especiales, la asfixia de un profesorado cada vez más escuálido en numero, medios y apoyos para poder cumplir dignamente sus tareas profesionales, el desaliento de tantas familias que apenas pueden dar de comer a sus hijos e hijas y que carecen del dinero elemental para adquirir libros de texto y material escolar, a las que se deniegan becas y ayudas, cada vez más escasas, la creciente precarización del profesorado, el maltrato al profesorado interino, sus jornadas laborales liliputienses y en condiciones infrahumanas…

Desconozco si técnicamente he realizado alguna suerte de escrache en el portal de su vivienda a lo largo de estos dos años. Sin embargo, de lo que no me cabe la menor duda es que usted ha estado escrachando a miles de familias y personas aragonesas en sus cocinas vacías, sus dormitorios en tantas noches en vela, sus estómagos vacíos, sus presupuestos económicos amputados, interinos en el paro, estudiantes sin matricular por falta de dinero, etc. Usted es la verdadera escrachadora en esta historia, aunque el señor Delegado del Gobierno jamás sancione o mande a su policía a los escrachadores como usted.

Puede estar segura de que eso no se ve en los actos oficiales, desde una mesa presidencial y entre discursos de cartón piedra. Tampoco se ve desde el despacho de su Consejería, sin hablar con los miles de personas pertenecientes al mundo educativo y que se ven afectadas por los recortes que usted ha perpetrado cada día sin cabeza y sin criterio. Me han llegado noticias de que usted era una excelente profesional de la medicina, pero quizá debido al inexorable Principio de Peter se metió en caminos equivocados que en lugar de permitirle dedicar su vida profesional “en provecho de los enfermos, apartando de ellos todo daño e injusticia”, tal como reza el Juramento Hipocrático que usted conoce, ha hecho mucho daño principalmente a los más débiles con su actuación en el mundo educativo como Consejera de Educación del Gobierno de Aragón.

Usted ha repetido hasta la saciedad que “los recursos son los que hay, son limitados”, pero usted sabe bien que el Gobierno aragonés y español y el Partido al que usted pertenece han consumado que, por ejemplo, cada día sea mayor la brecha social entre los cada vez más pobres y los cada vez más ricos y que al mismo tiempo nunca falten recursos a los bancos y las empresas del Ibex 35. Ustedes a veces me recuerdan a los trileros, haciendo trampas, mintiendo sistemáticamente a base de medias verdades de oropel.

Por último, quiero recordarle a usted, que ha sido docente en la facultad de Medicina de la Universidad Pública de Zaragoza, que en un centro de enseñanza ha de impartirse conocimientos racionales y científicos, y no creencias. Muy al contrario, a usted le ha faltado equidad y ponderación a este respecto en sus años como Consejera.

Ya no hay tiempo para que usted rectifique, pues sus días como Consejera están por ventura contados, así que, tras pasar veintitrés meses consecutivos en el portal de su vivienda, tras dos rigurosos inviernos y dos bochornosos veranos, con lluvia, nieve, niebla y cierzo, me limito a decirle que en su portal he conseguido sentirme sumamente feliz, pues han llegado a coincidir de pleno en mi vida lo que hago, lo que quiero y lo que debo.


Reciba mis atentos saludos


Antonio Aramayona Alonso



(1)             Como botones de muestra:
El 'perroflauta' y la consejera  24/7/2013 
¡Más lapiceros y menos recortes!  4/9/2013
La educación, en el cuartel 25/09/2013
Aragón, una sacristía 19/02/2014
La Consejera va de oposiciones 12/03/2014

También, Un año 25/05/2014


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