sábado, 25 de abril de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 488




Tal día como hoy, 25 de abril de 1974, aconteció la Revolución de Los Claveles, que acabó con el régimen dictatorial salazarista e introdujo la democracia en Portugal. Sin violencia, los profesionales de la violencia institucional militar del Estado devolvieron al pueblo la libertad de la que estaba privado de pleno desde 1932.
El dictador Salazar murió en la cama de un hospital en 1970, siendo el protagonista de una comedia tan bufa como su mandato: dos años antes había sufrido un accidente que le incapacitó para seguir des-gobernando. Es sustituido por Marcelo Catenao, pero nadie dice nada a Salazar, que continuó creyendo hasta su muerte que seguía siendo Primer Ministro de Portugal.
Franco también muere en la cama de un hospital y su régimen es continuado oficialmente entre himnos de loor al dictador y lágrimas d cocodrilo por su ausencia.
Los portugueses disfrutan de la democratización del país, la independencia de las colonias y la finalización de una sangrienta y absurda guerra colonial. En eso consiste su transición a la democracia. Los españoles estamos padeciendo desde 1975 una transición chapucera, torticera y endógena hacia una democracia que ahora está desembocando en un Estado de corrupción y de mentira sistemática.


Kissinger dijo “No me gustan los políticos corruptos, hacen quedar mal al 10% restante”. Y no hay que olvidar el Principio de Peter: En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse”, cuyos corolarios son dos:  a) Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones. b) el trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia".
Con un poco de suerte -o con mucha- Rajoy, Rudi, Cospedal, etc. acabarán en la cama sus días como mandatarios y al día siguiente se levantarán tan frescos, creyéndose igualmente merecedores de las palabras que Franco dirigió a Salazar en 1958: “El hombre de Estado más completo, el más digno de respeto que he conocido es Salazar. Lo considero una personalidad extraordinaria por su inteligencia, su sentido político, su humanidad... Su único defecto es probablemente la modestia”.


La Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, María de los Dolores Serrat Moré, acabará también su mandato en su casa de la zaragozana calle Alfonso I, habiendo dejado a su paso decenas de miles de cadáveres educacionales en la cuneta. Hoy le deseo que algún día, no muy lejano, se muera de un choque séptico causado por toda la gangrena abierta que ha dejado en Aragón y también de la inmensa vergüenza que le producirá la lectura de algún libro de texto de Historia de Aragón cuando aborde sus chapuzas y baladronadas.
Escribo en su lápida política: “Dolores Peter Serrat Salazar Moré Bahamonde. Tanta paz y felicidad lleve como paz y felicidad deja”.










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