La hija de Superman, Pilita Suárez, me ha
contado en plena mañana de este viernes último en el portal de la Consejera
aragonesa de Educación el verdadero origen de nuestros universos transversales
y paralelos:
Su padre, Superman, se dedicaba a
diseñar y crear mundos. Un día ocurrió un verdadero cataclismo: Superman cometió
un error mayúsculo en uno de sus proyectos, concretamente en un pequeño planeta
llamado Tierra, perteneciente al sistema de una estrella más bien mediana,
llamada Sol. Al contemplar el desastre resultante, le entró tal depresión a
Superman que desde entonces no fue capaz de levantar cabeza: no quiso trabajar
más y decidió quedarse a vivir en medio de aquel desaguisado terráqueo,
intentando expiar de algún modo su culpa y al mismo tiempo poner parches aquí y
allá, aprovechando las facultades que aún le restaban después de su jubilación
anticipada. De hecho, todavía poseía poderes especiales; por ejemplo, volar a
velocidades inimaginables por el espacio, ver a través de las paredes, levantar
cargas muy pesadas sin esfuerzo alguno y un montón de cosas más. Sin embargo,
su mujer no quiso acompañarle en su destierro voluntario, y como ella tenía
además un apaño con un importante personaje en un agujero de gusano, aprovechó
para endosarle de paso a su hija, es decir, a Pilita Suárez, la hija de
Superman.
O sea, que Superman fue un chapucero – concluye
Juan de Mairena. Eso ya es cuestión de opiniones – le respondo-
Para Dostoievski, el verdadero y único
chapucero es Dios, pero para mí el mundo no es una chapuza, pues eso implica
compararlo previamente con una idealización, con una quimera. Nadie se cabrea
porque una zanahoria haya salido deforme o una vaca haya muerto en el parto y
se la están merendando los buitres en pleno monte. La ley de la entropía gasta
a veces bromas muy pesadas… Cuando nos hagamos fuertes por dentro, los dioses
estarán definitivamente muertos. Lo dijo Nietzsche.. Y también lo digo yo.
¿Y por dónde para ahora Pilita Suárez? –pregunta Mairena. Ha muerto- informo. Casi todo el mundo está muerto ya. Por eso en Secundaria
apenas nadie quiere ya clases de Religión.
Veo en el cielo la estela blanca de un avión. ¿Será Pilita Suárez, que lleva en volandas a su
padre, ya jubilado y artrítico perdido?
Mañana primaveral en el portal de la Consejera. Una
vez más, mucha y buena gente. Gracias, Amaya y Jorge por el libro. Jorge y
Fernando han superado el test con sobresaliente. Me quedo siempre con Nieves y
su familia.
Zaratustra llega y me dice: No
descubras Mediterráneos, Antonio. Los dioses mueren simplemente porque se van matando con saña entre
ellos mismos. Y después explota haciéndose música:
Hasta mañana
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