jueves, 23 de abril de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 486


 Fotografía de Vera Benavente

10.38 a.m. - Esta es mi despedida PERSONAL del portal de la Consejera aragonesa de Educación, Mairena.
- Gracias, Antonio. Buen viaje.

Es mejor que escuches mientras lees



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10.45 a.m. Conduzco con Sharon Stone a mi lado en el Astra a toda pastilla por una carretera perdida del Pirineo. Apenas nos atrevemos a mirar hacia abajo, pues, según cambia el veleidoso trazado de la carretera, el abismo se abre a nuestros pies. Grandes precipicios van lanzándonos sus cantos de sirena. Al fondo, el río que se abre paso impetuosamente parece de papel plata, como si estuviéramos en medio de un belén navideño y fuéramos alguna de sus figuritas de barro

11.23 a.m. Sharon y yo nos hemos pasado el viaje hasta el valle de Pineta charlando y charlando. Me ha contado su infancia, sus años de estudiante, lo harta que está de que la vean como mujer-objeto. De vez en cuando, volvía su cabeza hacia mí, acariciaba mis mejillas con sus dedos, me sonreía… Yo me esforzaba por devolverle la sonrisa, pero seguramente solo he conseguido dibujar una mueca tras otra en mi cara, y es que el horno no está ahora para bollos… Cuando la carretera lo permitía, mis manos iban enseguida a sus muslos,  a su vientre, le desabrochaba el pantalón, bajaba su cremallera y mis dedos se perdían en la humedad de su sexo… “Amor”, me decía entonces entre suspiros, hondos y prolongados, y abría más sus muslos, invitándome a continuar mi incursión por sus pliegues, cada vez más mojados. Sharon siempre cierra los ojos en estas situaciones, se abandona a la suave danza de mis dedos.

12.00 a.m. Lo hemos hablado muchas veces Sharon y yo. Es una forma perfecta de acabar. Se vuelve hacía mí mientras conduzco, se acerca a mi cuello y me besa con mucha ternura. Son besos húmedos, intensos, detenidos. Son también, ahora lo sabemos los dos, el inicio del desenlace final. Estamos llegando al punto deseado, donde el precipicio no parece tener fondo, donde un accidente es mortal de necesidad. Arde el aire en mis pulmones. Mis ojos apenas adivinan el paisaje, las líneas de la carretera. Se quita la camiseta, se recuesta sobre su asiento por unos segundos, su vientre, primero, su pecho, después, se elevan lentamente al aspirar el aire de la montaña. El sol da de pleno en su rostro y en todo su cuerpo. Pero no sé si la estoy deseando ahora. Solo sé que ha llegado la hora.

12.33 p.m. Abre mi camisa e introduce su mano en mi pecho, acariciándolo. Las yemas de sus dedos rodean mis pezones, ella sabe que eso me gusta mucho, que enseguida me excito y crece mi deseo. Después, los besa y los lame con la punta de su lengua. Noto su pelo rubio debajo de mi barbilla, aspiro su fragancia. Su cabeza hace pequeños círculos en mi pecho. Aún no debo cerrar los ojos… He de seguir conduciendo. 

12.46 p.m. Desabotona mi pantalón y con un leve ademán me eleva suavemente para bajarlo hasta las rodillas. Siento sus pechos sobre mi vientre, sobre mis muslos, su cabeza entre mis piernas. Besa suavemente mi sexo, juega con él, lo va rozando con sus labios. Noto la humedad de su lengua. Crece mi sexo dentro de su boca, crece mi deseo. Sharon realiza cada movimiento con lentitud, aprieta con sus labios mientras asciende y desciende. El cielo se torna rojo. El paisaje desaparece. Se incorpora por unos instantes y me besa en la boca. Me está besando un volcán a punto de estallar, presagiando muerte y destrucción. Vuelve a mi sexo, su lengua gira y se enrosca. También ella sabe que ha llegado el momento. Suben y bajan por mi vientre y mis muslos las primeras señales del estallido inminente. Unos segundos más y su boca se llenará de lo único que aún me resta de vida. Sharon lo nota y acelera sus movimientos. Una de mis manos está sobre su cabeza, hundidos mis dedos en su cabello rubio, percibiendo la llegada de los primeros espasmos. Una curva, la gran curva, la curva esperada… el abismo se abre ante  nosotros. Mantengo inmóvil el volante y acelero hasta el fondo. En pleno vuelo, todo el placer del universo de apodera de mí…

13.00 p.m. Ciaaooooooooooo

Escrito ya sub specie aeternitatis: El abismo toma forma de portal, me engulle, me tritura y después me escupe lejos, muy lejos. ¿Hacia dónde? ¿Hacia dónde?


ESTA HA SIDO MI DESPEDIDA PERSONAL DEL PORTAL DE LA CONSEJERA ARAGONESA DE EDUCACIÓN, MAIRENA.
ENTERADO, ANTONIO, TU SALTAS Y CAES, PERO YO TE SOSTENGO SIEMPRE.



Hasta mañana, que seguiré elaborando por la escuela pública y laica mi despedida SOCIAL del portal de la Consejera aragonesa de Educación.

1 comentario:

  1. No hay palabras que puedan expresar, en mi más humilde educación y cultura, lo grande que nos has hecho sentir como seres humanos con tu; dignidad, elocuencia, inteligencia, perseverancia, sencillez, principios, constancia, argumentos, humanidad.....se acaban los adjetivos pero todos pondréis muchos más. Gracias Antonio, profesor de mis teorías ocultas, por ignorancia, pero claras y fuertes como los pilares de una sociedad que deseo y persigo!!! enhorabuena y te seguiremos donde vayas. Un fuerte abrazo.
    Jesús Peko

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