jueves, 16 de abril de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 481


Viene Juan de Mairena y me pregunta: Muchas imaginaciones y fabulaciones, Antonio, en los últimos días del Diario del perroflauta. ¿Estás pidiendo cuentas a tus fantasmas interiores? Y le aclaro: Soy yo quien rinde cuentas a mis fantasmas interiores.

Existen unos seres extraños, convenientemente camuflados, que resultan ser unos excelentes pedagogos. Vienen a visitarme casi todos los días y los conozco desde tiempos inmemoriales. Hace muchos años, por ejemplo, viviendo en una buhardilla del madrileño barro de La Arganzuela, compuse la canción A pesar de todo que pulverizó y apagó el último rescoldo de esperanza que todavía flameaba en mí.

Una relación entre un hombre y una mujer es una confrontación que tiende hacia la fusión, a menudo y por desgracia también hacia la posesión. Su éxito o fracaso estriba en qué se confronta, en qué se fusiona, en qué se desea poseer... Aguzando la vista, puede verse en el fondo de la sima del amor los esqueletos de numerosos poetas y místicos, locos y marginados, visionarios y lobos esteparios... Sin embargo, no hay lugar donde reposar, debemos continuar andando, sin detenernos, hasta que nos sorprenda la muerte...

Recuerdo que clavé una cuartilla con la letra de aquella canción (A pesar de todo) en un panel de corcho de la pared, encima de la mesa. Encendí un cigarrillo (por aquel entonces, para desventura mía, fumaba), apuré el último sorbo de café y salí a la calle.


El ser extraño, que en ningún momento había dejado de vigilarme, aprovechó mi descuido para colarse en mi buhardilla y leer aquella cuartilla:

A pesar de todo,
de lo que en ti y en mí hay de poca cosa,
a pesar de nada
que acaricie, arrope o ilumine,
a pesar de tantas cosas que quiebran los huesos del amor,
a pesar de que ya no me atrevo a mirar a los ojos de la luna,
a pesar de los silbidos oscuros de la noche,
a pesar del ahogo y de la ira,
a pesar de todo..., a pesar de nada...,
a pesar de que tú no estás aquí y ahora,
de que no te conozco por más que te deseo,
a pesar de todo, existes
a pesar de nada, existes.

No sé cuándo, pero -finalmente- descubriré tu rostro
y el regalo de tu rostro será el tesoro que espero y esperé
y seguiré esperando de por vida.
Porque no sé cuando, yo descubriré tu rostro.
Porque no sé dónde, pero existes...

Pocas veces fueron tan estruendosas las risotadas del ser extraño como en aquellos momentos, tras concluir la lectura de la cuartilla.


Algún que otro ser extraño vive en el nº 26 de la zaragozana calle Alfonso I. Ese ser extraño se dedica a recortar derechos y libertades (principalmente el derecho a una educación pública y laica). Lo hace con cinismo, afirmando siempre su inocencia. A ese ser extraño le quedan pocos días de vida, pues se le acabará pronto el disfraz de Consejera de Educación y ese ser extraño consiste solo en su disfraz. Y es que no todo van a ser desastres en la vida y en el mundo.


Mañana nubosa, algo fresca. Marga y el perroflauta han formado un dúo musical que ha estado a la altura del Canto a la Libertaad y al Triste y solo se queda el portal.



Christina Rosenvinge nos regala esta Canción del Eco, en la que resuena un ser extraño que jamás permite ser visto, escuchado y mucho menos acariciado.



Hasta mañana

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