viernes, 11 de marzo de 2016

Diario de un profeflauta motorizado, 664. Indemnizaciones por cese: desde luego, así los parlamentarios no me representan en absoluto


Nuestros/as representantes parlamentarios/as pueden recibir una ayuda de 2.813,87 euros brutos mensuales  por haber dejado de ser diputado/a y no tener otro trabajo ni otros ingresos (por eso tantos y tantos gritaron ¡no nos representan! y por eso cada vez más me representan menos –en el caso de representar algo. Como botón de muestra, la ex diputada por el PP y ex ministra de Sanidad, Ana Mato, recibirá 53.463 euros por este concepto.
Al parecer, “un total de 64 diputados de la pasada legislatura que han dejado de serlo —por no haber sido elegidos el 20-D, dimisiones y otras causas— se han acogido a la ayuda de 2.813,87 euros brutos mensuales por cada año de mandato parlamentario a la que tienen derecho y que otorga el Congreso en concepto de ‘indemnización por cese’ si carecen de ingresos particulares” (cfr. El País). Este es el listado completo de posibles diputados beneficiarios. 



2.813,87 euros brutos mensuales por cada año de mandato parlamentario. Lo mismo que cobran sus representados/as desempleados:

“La cuantía de esta prestación se percibe una vez al mes y es, durante los primeros seis meses de protección, igual al 70% de la base cotización del trabajador en su anterior empleo, y del séptimo mes en adelante, del 50% de la base cotización. La cuantía de la prestación no puede ser superior a:
1.087,21 euros, al mes si el perceptor no tiene hijos a cargo.
1.242,52 euros al mes, si el perceptor tiene un hijo a cargo.
1.397,84 euros al mes, si el perceptor tiene dos o más hijos a cargo.
Tampoco puede ser inferior a:
                 497,01 euros al mes, si el perceptor no tiene hijos a cargo.
                 664,75 euros al mes, si el perceptor tiene hijos a cargo.2
El tiempo que una persona percibe la prestación por desempleo computa como tiempo cotizado de cara al cálculo de su pensión contributiva de jubilación, de ahí su carácter de "prestación contributiva" (cfr. Wikipedia).


De los beneficiarios, seis diputados ya han renunciado a la “indemnización por cese”: el exministro Jesús Caldera (PSOE); la exvicepresidenta del Congreso Teresa Cunillera (PSOE); el exportavoz económico del PP Vicente Martínez Pujalte (entre otras lindezas, en 2015, según el diario El País, Pujalte habría cobrado 75.000€ de manera irregular de la empresa constructora Grupo Collosa a través de la suya propia, en el marco de un caso de corrupción en Castilla y León, destapado e investigado por la Agencia Tributaria); José Miguel Castillo Calvín (PP) y Javier Puente (PP). La ex ministra socialista Trinidad Jiménez solo ha cobrado un mes de indemnización, pues ahora trabaja en ya para Telefónica. Léase a este respecto en El País del ocho de febrero de este mismo año: “El líder del PSOE y candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la próxima incorporación de la exministra Trinidad Jiménez a Telefónica, porque "no es a ningún Consejo de Administración ni nada que tenga que ver con eso", ha dicho, sino que es "como una trabajadora en la compañía"” (“…como una trabajadora…”: se me cae la cara de la vergüenza que otros parecen no tener).
¿Y qué pasa con el Pacto del “Cambio” (¿cambiazo?) PSOE-C’s? Sigo leyendo en las mismas páginas de El País:

 “PSOE y Ciudadanos han defendido este jueves el derecho de los diputados que dejan de serlo a percibir una indemnización por cese incompatible con ningún otro ingreso, mientras que Podemos ha rechazado que los parlamentarios disfruten de ‘privilegios’ (El País escribe entre comillas la palabra privilegios cada vez que aparece en el artículo)  que están vetados a otros trabajadores. La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Irene Montero, ha indicado que en su partido son favorables a impulsar políticas dirigidas a "disminuir las desigualdades" y "fortalecer los derechos laborales de la mayoría trabajadora".
Por eso, respaldan que se eliminen los "privilegios" a "aquellos que por su posición en la sociedad" tienden a tenerlos. Así, considera que los diputados deben "ser un ejemplo para la sociedad" y no deben "disfrutar de privilegios que de alguna manera son injustos porque no los pueden disfrutar la mayoría de la ciudadanía", que con sus impuestos son los que financian este tipo de indemnizaciones por cese.
El portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, ha explicado que los diputados no tienen derecho a prestación por desempleo, por lo que, si piden la indemnización por cese, es porque no tienen "ningún otro tipo de ingreso".
Entre la indignación y las ganas de alejarme de tanta podredumbre política, viene en mi auxilio Zaratustra, cuya cabeza pende del loco Nietzsche (escucha la música, ¡Deodato!, mientras lees sus palabras:


Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, de carga, en el que  habita la veneración: su fortaleza demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas de  todas.
¿Qué es pesado?, así pregunta el espíritu de carga, y se arrodilla, igual que el camello, y  quiere que lo carguen bien. 
¿Qué es lo más pesado, héroes?, así pregunta el espíritu de carga, para que yo cargue con ello y mi fortaleza se regocije. 
¿Acaso no es: humillarse para hacer daño a la propia soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la  propia sabiduría?
¿O acaso es: apartarnos de nuestra causa cuando ella celebra su victoria? ¿Subir a altas  montañas para tentar al tentador?.
¿O acaso es: alimentarse de las bellotas y de la hierba del conocimiento y sufrir hambre en el alma por amor a la verdad? 
¿O acaso es: estar enfermo y enviar a paseo a los consoladores, y hacer amistad con sordos, que nunca oyen lo que tú quieres?
¿O acaso es: sumergirse en agua sucia cuando ella es el agua de la verdad, y no apartar de sí las frías ranas y los calientes sapos?
¿O acaso es: amar a quienes nos desprecian y tender la mano al fantasma cuando quiere causarnos miedo? 
Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu de carga: semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto.
Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa y ser señor en su propio desierto.
Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria.
¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? «Tú debes» se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice «yo quiero».
«Tú debes» le cierra el paso, brilla como el oro, es un animal escamoso, y en cada una de sus escamas brilla áureamente «¡Tú debes!».
Valores milenarios brillan en esas escamas, y el más poderoso de todos los dragones habla así: «todos los valores de las cosas - brillan en mí».
«Todos los valores han sido ya creados, y yo soy - todos los valores creados. ¡En verdad, no debe seguir habiendo ningún “Yo quiero!”» Así habla el dragón.
Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa?

Crear valores nuevos - tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear - eso sí es capaz de hacerlo el poder del león.
Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león. 
Tomarse el derecho de nuevos valores - ése es el tomar más horrible para un espíritu de carga y respetuoso. En verdad, eso es para él robar, y cosa propia de un animal de rapiña.
En otro tiempo el espíritu amó el «Tú debes» como su cosa más santa: ahora tiene que encontrar ilusión y capricho incluso en lo más santo, de modo que robe el quedar libre de su amor: para ese robo se precisa el león.
Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.
Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño. 
Así habló Zaratustra.



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