Nuestros/as representantes parlamentarios/as pueden
recibir una ayuda de 2.813,87 euros brutos mensuales por haber dejado de ser diputado/a y
no tener otro trabajo ni otros ingresos (por eso tantos y tantos gritaron ¡no
nos representan! y por eso cada vez más me representan menos –en el caso de
representar algo. Como botón de muestra, la ex diputada por el PP y ex ministra
de Sanidad, Ana Mato, recibirá 53.463
euros por este concepto.
Al parecer, “un total de
64 diputados de la pasada legislatura que han dejado de serlo —por no haber
sido elegidos el 20-D, dimisiones y otras causas— se han acogido a la ayuda de
2.813,87 euros brutos mensuales por cada año de mandato parlamentario a la que
tienen derecho y que otorga el Congreso en concepto de ‘indemnización por cese’
si carecen de ingresos particulares” (cfr. El País). Este
es el listado completo de posibles diputados beneficiarios.
2.813,87
euros brutos mensuales por cada año de mandato parlamentario. Lo mismo que
cobran sus representados/as desempleados:
“La
cuantía de esta prestación se percibe una vez al mes y es, durante los primeros
seis meses de protección, igual al 70%
de la base cotización del trabajador en su anterior empleo, y del
séptimo mes en adelante, del 50% de la
base cotización. La cuantía de la prestación no puede ser superior a:
1.087,21 euros, al mes si el perceptor no
tiene hijos a cargo.
1.242,52 euros al mes, si el perceptor
tiene un hijo a cargo.
1.397,84 euros al mes, si el perceptor
tiene dos o más hijos a cargo.
Tampoco
puede ser inferior a:
•
497,01 euros al mes, si el perceptor no
tiene hijos a cargo.
•
664,75 euros al mes, si el perceptor tiene
hijos a cargo.2
El tiempo
que una persona percibe la prestación por desempleo computa como tiempo
cotizado de cara al cálculo de su pensión contributiva de jubilación, de ahí su
carácter de "prestación contributiva" (cfr. Wikipedia).
De los
beneficiarios, seis diputados ya han renunciado a la “indemnización por cese”:
el exministro Jesús Caldera (PSOE); la exvicepresidenta del Congreso Teresa
Cunillera (PSOE); el exportavoz económico del PP Vicente Martínez Pujalte
(entre otras lindezas, en 2015, según el diario El País, Pujalte
habría cobrado 75.000€ de manera irregular de la empresa constructora Grupo
Collosa a través de la suya propia, en el marco de un caso de corrupción en
Castilla y León, destapado e investigado por la Agencia Tributaria); José
Miguel Castillo Calvín (PP) y Javier Puente (PP). La ex ministra socialista Trinidad
Jiménez solo ha cobrado un mes de indemnización, pues ahora trabaja en ya para
Telefónica. Léase a este respecto en El País del ocho de febrero de este mismo
año: “El líder del PSOE y candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
ha defendido la próxima incorporación de la exministra Trinidad Jiménez a
Telefónica, porque "no es a ningún Consejo de Administración ni nada que
tenga que ver con eso", ha dicho, sino que es "como una trabajadora
en la compañía"” (“…como una trabajadora…”: se me cae la cara de la
vergüenza que otros parecen no tener).
¿Y qué
pasa con el Pacto del “Cambio” (¿cambiazo?) PSOE-C’s? Sigo leyendo en las
mismas páginas de El País:
“PSOE y Ciudadanos
han defendido este jueves el derecho de los diputados que dejan de serlo a
percibir una indemnización por cese incompatible con ningún otro ingreso,
mientras que Podemos ha rechazado que los parlamentarios disfruten de
‘privilegios’ (El País escribe entre comillas la palabra
privilegios cada vez que aparece en el artículo) que están vetados a otros
trabajadores. La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Irene Montero, ha
indicado que en su partido son favorables a impulsar políticas dirigidas a
"disminuir las desigualdades" y "fortalecer los derechos
laborales de la mayoría trabajadora".
Por eso, respaldan que se eliminen los
"privilegios" a "aquellos que por su posición en la
sociedad" tienden a tenerlos. Así, considera que los diputados deben
"ser un ejemplo para la sociedad" y no deben "disfrutar de
privilegios que de alguna manera son injustos porque no los pueden disfrutar la
mayoría de la ciudadanía", que con sus impuestos son los que financian
este tipo de indemnizaciones por cese.
El portavoz del Grupo Socialista,
Antonio Hernando, ha explicado que los diputados no tienen derecho a prestación
por desempleo, por lo que, si piden la indemnización por cese, es porque no
tienen "ningún otro tipo de ingreso".
Entre la
indignación y las ganas de alejarme de tanta podredumbre política, viene en mi
auxilio Zaratustra, cuya cabeza pende del loco Nietzsche (escucha la música, ¡Deodato!,
mientras lees sus palabras:
Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el
espíritu fuerte, de carga, en el que habita la veneración: su fortaleza
demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas de todas.
¿Qué es pesado?, así pregunta el espíritu de carga, y se
arrodilla, igual que el camello, y quiere que lo carguen
bien.
¿Qué es lo más pesado, héroes?, así pregunta el espíritu
de carga, para que yo cargue con ello y mi fortaleza se regocije.
¿Acaso no es: humillarse para hacer daño a la propia
soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia
sabiduría?
¿O acaso es: apartarnos de nuestra causa cuando ella
celebra su victoria? ¿Subir a altas montañas para tentar al tentador?.
¿O acaso es: alimentarse de las bellotas y de la hierba
del conocimiento y sufrir hambre en el alma por amor a la verdad?
¿O acaso es: estar enfermo y enviar a paseo a los
consoladores, y hacer amistad con sordos, que nunca oyen lo que tú
quieres?
¿O acaso es: sumergirse en agua sucia cuando ella es el
agua de la verdad, y no apartar de sí las frías ranas y los calientes
sapos?
¿O acaso es: amar a quienes nos desprecian y tender la
mano al fantasma cuando quiere causarnos miedo?
Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el
espíritu de carga: semejante al camello que corre al desierto con su
carga, así corre él a su desierto.
Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la
segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu,
quiere conquistar su libertad como se conquista una presa y ser señor en
su propio desierto.
Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en
enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para
conseguir la victoria.
¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere
seguir llamando señor ni dios? «Tú debes» se llama el gran dragón. Pero el
espíritu del león dice «yo quiero».
«Tú debes» le cierra el paso, brilla como el oro, es un
animal escamoso, y en cada una de sus escamas brilla áureamente «¡Tú
debes!».
Valores milenarios brillan en esas escamas, y el más
poderoso de todos los dragones habla así: «todos los valores de las cosas
- brillan en mí».
«Todos los valores han sido ya creados, y yo soy - todos
los valores creados. ¡En verdad, no debe seguir habiendo ningún “Yo
quiero!”» Así habla el dragón.
Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en
el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y
es respetuosa?
Crear valores nuevos - tampoco el león es aún capaz de
hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear - eso sí es capaz de
hacerlo el poder del león.
Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber:
para ello, hermanos míos, es preciso el león.
Tomarse el derecho de nuevos valores - ése es el tomar
más horrible para un espíritu de carga y respetuoso. En verdad, eso es
para él robar, y cosa propia de un animal de rapiña.
En otro tiempo el espíritu amó el «Tú debes» como su cosa
más santa: ahora tiene que encontrar ilusión y capricho incluso en lo más
santo, de modo que robe el quedar libre de su amor: para ese robo se
precisa el león.
Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño
que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que
convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un
juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo
decir sí.
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un
santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del
mundo conquista ahora su mundo.
Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo
el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por
fin, en niño.
Así habló Zaratustra.
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