Atentados
en el aeropuerto y en el metro de Bruselas. Más de treinta muertos. Otro
triunfo del fanatismo. Una nueva confirmación de la barbarie a la que llega la
dinámica de los enemigos complementarios: bombardeo porque pones bombas versus
pongo bombas porque bombardeas. Otra prueba del lamentable maniqueísmo de las
partes contrincantes. A ambas no les falta razón. Ambas creen que la violencia
sirve para sofocar la violencia del contrario. El otro no es humano sino
enemigo. El otro es terrorista. Ambos son terroristas porque se dedican
diariamente a sembrar el terror. Es terrible esa treintena larga de muertos hoy
en Bruselas. Nosotros, los occidentales cristianos democráticos libres, andamos
algo ofuscados porque nadie nos informa de cuántos muertos caen diariamente en
Siria bajo las bombas de los aviones rusos, norteamericanos, franceses,
holandeses…
“Derecho
a la guerras preventiva”, “derecho de injerencia”, “derecho sagrado a la guerra
santa”… todos esos derechos se unifican en un solo derecho: el derecho del más
fuerte. Sufre la población civil, el poder ordena poner bombas en aeropuertos y
metros (terrorismo), el poder observa desde una pantalla a miles de kilómetros el
enésimo dron que explota sobre algún supuesto enemigo y también sobre civiles
inocentes (¿cuántos? ¿cuántos?) (Terrorismo).
Unos
hacen recuento de sus muertos y alimentan las razones para atacar objetivos
enemigos por medio de kamikazes suicidas. Otros observan un mapamundi donde
atacar a los infieles, pues ven multiplicados los objetivos occidentales.
Alerta
cuatro, ocho, naranja, mil, azul, negra, un millón… Juegos de guerra. Etiquetas
de terroristas colocados recíprocamente por ambos bandos. Los cocodrilos
lamentan las muertes occidentales. Hay que defender “nuestra forma de vida”
(Lambán), reunión urgente del pacto antiyihadista (Podemos de observador…, ni blanco
ni negro, sino todo lo contrario), “consternado” (Casa del Rey), “la
unidad de los demócratas en EU está y estará siempre por encima de la barbarie
y la sinrazón” (Rajoy), #”Yo quiero ayudar“ ('hashtags'
imperantes en Bruselas desde los atentados), Tintin y Manneken Pis, ilustraciones urgentemente puestas en
solidaridad con las víctimas. Personalmente, participo de la indignación y del
dolor por los atentos y las víctimas. Pero… ¿y las otras víctimas? ¿Y las otras
víctimas? No quiero dejarme arrastrar por algún Bien maniqueo contra algún Mal manqueo.
Otro maniqueísmo: El País publica la
lista de 89 presos políticos en Cuba. Jamás ha hecho lo mismo de los presos de
Guantánamo, de las cárceles ocultas de la CIA, de los presos torturados en
España año tras año según los Informes de Amnistía Internacional, de Arabia
Saudí, de palestinos en Israel, de refugiados sirios deportados de nuevo a
Turquía…
Me niego al maniqueísmo. Estoy tan en
contra del terrorismo yihadista y de ISIS como del terrorismo de los señores
del dinero y de las armas del Occidente cristiano democrático libre y solidario,
de la OTAN, de la fabricación y comercialización del armamento necesitado
siempre de nuevas guerras, nuevos terrorismos…
Mi solidaridad hoy con las víctimas y
sus familiares por los atentados de Bruselas. Mi solidaridad hoy con las
víctimas y sus familiares por los bombardeos sobre Siria y aledaños. Mi solidaridad
con los muertos hoy en el Mediterráneo huyendo en balde de la guerra y del
horror. Mi solidaridad con todos y cada uno de esos niños muertos cada cinco
segundos de hambre y malnutrición. El precio de cincuenta superbombarderos dedicados
a algo sensato, y ya no moriría ninguno de hambre.
Mi solidaridad. Mi solidaridad…
(Diccionario de la RAE: solidaridad: “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa
de otros”).
Palabra
vacía: “solidaridad”.
Impotencia,
vergüenza, agotamiento, turbación, ignominia….
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