Día pleno de
emociones y recuerdos por los mal-refugiados sirios, iraquíes, afganos, etc.,
por el egoísmo reinante en Españistán, el confortable corral donde vivimos, en
la ruinosa Europa. Una ciudad de casi 700.000 habitantes como Zaragoza mostró
su rostro una vez más: apenas 400 ó 500 personas estábamos ayer ante la
Delegación del Gobierno. La sangre de Caín corre por nuestras arterias. El
cainismo es una de las principales señas de identidad de Españistán.
Antes, Marisol
y yo tuvimos la ocasión de hacernos una fotografía ante el portal de la
exConsejera de Educación con el Gobierno de Rudi. Dos años de nuestra vida
allí. Cuánta emoción llenó por unos segundos mi memoria. Ahora espero como una
pantera a punto de saltar sobre su presa la ocasión para denunciar y
reivindicar derechos y libertades de una forma que me convenza y por un
objetivo preciso y delimitado. Ahora reina solo la confusión y solo veo una
amalgama de intereses, acciones y omisiones por parte de los grpos políticos
que requiere clarificación. Esperar es una virtud: la espera y la esperanza,
escribió Laín Entralgo.
De momento,
caña con Texas, hijos e hijas del sol, del cálido y tórrido verano
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