martes, 13 de noviembre de 2012

Por qué me sumo a la huelga del 14-N



Porque estoy convencido de que el ser humano tiene derecho a ser dueño de su vida y de su muerte, a ser feliz y contar con los medios necesarios para ganarse la vida digna y honradamente, sin que cada noche le asalten la zozobra y la incertidumbre causadas por otros seres humanos que viven a su costa.
Porque la tierra es para el que la trabaja, y no debe haber un solo jornalero al que le falte un trozo de tierra. Igualmente, cada ser humano tiene derecho a obtener el fruto de su trabajo, sin que otro ser humano robe parte del mismo, consiguiendo hacerse rico a base de explotar por sistema a otros seres humanos.
Porque es imposible “crecer” ad infinitum, a no ser a costa de arrasar la naturaleza y saquear a otros pueblos más débiles. Debemos entender que es posible ser relativamente feliz teniendo y comprando menos, que no somos meros consumidores o votantes, sino ante todo personas, seres humanos.
Porque quiero seguir aprendiendo humanidad de muchas de las mujeres que conozco y seguiré conociendo.
Porque el principal hilo conductor de cada persona y cada país ha de ser la realización efectiva de los derechos humanos y cada uno debe contribuir con una parte justa y proporcional de sus recursos a tener unos servicios comunes y públicos de calidad, accesibles a todos y a todas en plena igualdad de condiciones y sin discriminación alguna.
Porque el 14-N y cada día de mi vida quiero recordar a los gobernantes que su primer deber es redistribuir justamente la riqueza y los recursos del país, así como recuperar el poder que les ha otorgado el pueblo, ahora en manos de los grandes bancos y las grandes empresas.
Porque reivindico con esa huelga  la necesidad de la banca pública al servicio incondicional de la ciudadanía, y al mismo tiempo la supresión de la banca privada si sus reglas de juego efectivas son la usura y la ganancia indiscriminada. El 14-N quiero gritar muy alto que la mayor parte de la deuda del Estado español es privada, y no del pueblo, y por consiguiente es deuda odiosa e ilegítima.
Porque en mi país no se debe mantener privilegios para un sector de la ciudadanía. Por lo tanto, está de más cualquier financiación de las confesiones religiosas con dinero público, y por esa misma razón, la aristocracia y los títulos nobiliarios han de quedar eliminados, y sus poseedores deben regresar a su estado originario: ciudadanos que han de ganar el pan con el sudor de su propia frente. El 14-N reivindicaré asimismo que ningún cargo público, incluida la Jefatura del Estado, pueda quedar al margen de la voluntad popular, que en mi país estén socializados los medios de producción.
Porque tres millones de viviendas vacías y cuatrocientos mil desahucios ponen de manifiesto la desvergüenza de los agentes políticos y económicos que perpetran esta injusticia. No puedo soportar que un ser humano decida no vivir por verse privado de un techo para seguir viviendo.
Porque mi país no necesita ejércitos ni estar sometido a la dictadura de los señores de la fabricación y el comercio de armamento, y quiero que mis conciudadanos y conciudadanas sean incondicionalmente noviolentos y la sociedad resuelva sus conflictos siempre en términos de justicia y de solidaridad.
Porque me niego rotundamente a que se sostenga un solo colegio concertado con dinero público mientras no esté garantizada en todos y cada uno de los rincones de mi país una escuela pública, laica y de calidad. Porque aún hay clases de religión en la escuela publica durante el período lectivo. Porque si no se aprende con gusto y con placer, no se aprende nada. Y si no se enseña con gusto y con placer, no se enseña nada. Porque la escuela, el hospital, las residencias para personas mayores no son mercancías. Porque el profesorado y el alumnado, el personal sanitario y las personas enfermas son seres humanos.
Con esta huelga espero que también vuelva a quedar claro que hay una clase social cuyo poder reside en su capacidad de explotación de otros seres humanos explotados, y que cualquier armisticio con esa clase es una trampa. Dicha clase social ha de ser combatida sin tregua alguna.
Porque a partir del 15-N quiero ver todos los días a los sindicatos, a las asociaciones y organizaciones, a todas y a todos en la calle.
Me sumo, en fin, a la huelga del 14-N porque, así como no puedo vivir sin agua: moriría, y no puedo vivir sin aire: moriría, tampoco quiero ni puedo vivir sin luchar con todas mis fuerzas, incondicionalmente, por que otro mundo –de personas libres, iguales, noviolentas, formadas, con criterio propio, solidarias, dueñas de sí mismas- sea posible y finalmente real.


2 comentarios:

  1. Estoy plenamente de acuerdo con los motivos expuestos, creo firmemente que todas las personas tenemos que tener las mismas oportunidades y por tanto beneficiarnos todos por igual. A mi edad, que no es poca, no consigo comprender como hay personas que sean capaces de comer sin atragantarse cuando toman decisiones tan graves como son las de echar de sus casas a familias. Como hay personas que deciden que un enfermo de cancer es muy caro para el pais y que no se financia su tratamiento. Esto, está empezando a pasar y es la primera piedra. Nuestros antepasados han sufrido demasiado para entregarnos lo que ahora tenemos. Yo no puedo permitir que el esfuerzo de mis abuelos,de mis padres, me lo arrebate un incapacitado moral, un incapacitado laboral, un desalmado.

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