Unos
han presentado su Declaración de Hacienda y a los cinco segundos se han erigido
en adalides de la transparencia. El PP ha cumplido, que el resto de los
partidos aprenda y secunde su ejemplo. Todo está solucionado y ahora solo resta
votar al partido de Rajoy y Mato, tan injustamente injuriados por insidiosos
medios de comunicación. En fin, colorín colorado, y todo está puesto ya en
manos del Tribunal de Cuentas.
Sobre el papel, el Tribunal de Cuentas
es el supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica del
Estado y del sector público, incluida la contabilidad de los partidos
políticos. Eso no obsta para que cada Autonomía tenga además su propio Tribunal
de Cuentas, aunque reciba nombres distintos. Por ejemplo, en Aragón está la Cámara de
Cuentas de Aragón, en Euskadi, el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, en
Cataluña, la Sindicatura de Comptes de Catalunya o en Madrid la Cámara de
Cuentas de la Comunidad de Madrid.
Es decir, que por instrumentos
fiscalizadores no queda, pues los tenemos por duplicado y triplicado en cada
territorio.
Lo malo es que los fiscalizadores son nombrados por los fiscalizados; algo
así como que los lobos nombren a otros lobos para que vigilen que ningún lobo
coma corderos del rebaño de corderos que tienen enfrente. Concretamente, el
Pleno del Tribunal de Cuentas está compuesto por seis miembros designados por
el Congreso y otros seis por el Senado, “mediante
votación por mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras, por un período
de nueve años”. Hablar, según esto, de la independencia de los miembros del
Tribunal de Cuentas respecto del poder político es, por tanto, toda una
tomadura de pelo.
Así, la composición del Tribunal de cuentas,
a julio de 20112 y según el artículo correspondiente de Wikipedia
·
Por parte
del Congreso de los Diputados
1.
D. Ramón
María Álvarez de Miranda García
2.
D. Ángel Antonio
Algarra Paredes
3.
Dª.
Enriqueta Chicano Jávega
4.
Dª. María
José de la Fuente y de la Calle
5.
Dª. María
Antonia Lozano Álvarez
6.
D. José
Manuel Suárez Robledano
·
Por parte
del Senado
1.
D. Javier
Medina Guijarro
2.
Dª.
Margarita Mariscal de Gante y Mirón
3.
D. Manuel
Aznar López
4.
D. Lluis
Armet i Coma
5.
D. Felipe
García Ortiz
6.
Dª. María
Dolores Genaro Moya
Como nota folclórica, no está de más apuntar que Manuel Aznar es hermano del expresidente José María Aznar y responsable
de inspeccionar los Ministerios de Hacienda, Economía, Fomento y Sanidad. Para
equilibrar la balanza, la sala de lo contencioso-administrativo del Supremo
anuló en 2009 el nombramiento como subdirectora de Carmen de Vicente, hermana
de Ciriaco de Vicente, del PSOE, que era consejero e incluso fue presidente.
En resumidas cuentas, de los
doce miembros del Pleno del Tribunal, ocho fueron designados a propuesta del PP
y cuatro a propuesta del PSOE. Huelga
cualquier comentario. Por ley, todos
ellos son “independientes e inamovibles”. Amén.
No es extrañar que en febrero
de 2013 el Supremo haya denunciado la politización del Tribunal de Cuentas y advertido
de que en su seno hay más funcionarios (vg. Subdirector adjunto de la Asesoría
Jurídica, asesor económico financiero, etc.) nombrados por los partidos que de
carrera, de lo que es sencillo derivar la cuestión de que si los miembros del
Tribunal de Cuentas tienen como objetivo principal fiscalizar las cuentas
públicas y la posible corrupción en el ámbito público, quién garantiza la
vigilancia de los vigilantes a los
vigilados y quién garantiza la pronta, directa y limpia denuncia a los
corruptores y los corrompidos del sistema. Si el Tribunal está controlado por
los dos grandes partidos, que a su vez son los que disponen y gastan más dinero
público, ¿quién controla a quién realmente?, ¿quién fiscaliza a quién realmente?
De momento, llevados por su escaso anhelo de fiscalizar las cuentas
públicas, el último ejercicio analizado de los partidos es 2007, si bien, ahora,
acuciado por el tsunami mediático, el Tribunal de Cuentas espera –dice-
entregar en verano el ejercicio de 2008 y para fin de año los de 2009, 2010 y
2011.
Es posible que, entre tejemaneje
y tejemaneje, el PP y el PSOE hayan determinado más de una vez y más de dos
concertar que no se levanta la madriguera A si tampoco se hurga en la
madriguera C (entre ellas, la madriguera B). Por otro lado, ¿qué Tribunal de
Cuentas puede realizar eficaz y fidedignamente su labor, si hasta la fecha no
puede acceder a información de la Agencia Tributaria? Así las cosas, la
Asociación de los Cuerpos Superiores de Letrados y Auditores del Tribunal de
Cuentas considera que el Supremo "denuncia la falta de voluntad de los
máximos responsables de dotar con profesionales que son los que gozamos de una
independencia probada ya que accedemos por oposición”.
Los Partidos piden un gran Pacto
contra la corrupción. Rubalcaba desgrana unos cuantos puntos tendentes a
favorecer la transparencia. Unos y otros llevan desde 1976 manejando los hilos
del tenderete. La ciudadanía se enroca en su indiferencia y su indignación:
responde que obras son amores y no buenas razones.
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