ESTÁN VOLVIENDO ESTOS TIEMPOS….
Mañana atemperada por el sol y una
relativa tregua del cierzo. Ex alumnas mías de IES “Grande Covián” Lorena y
Virginia, esta acompañada de Víctor, me han hecho una grata visita. Marisol y
su familia han estado especialmente y desde la distancia con mis mejores ánimos
y deseos.
Hoy me he levantado muy pronto. Quizá
la explicación final sea la desazón de vivir en un país que ha dejado paso a la
Ley Gallardón sobre la interrupción del embarazo. Realmente, parece que de un
momento a otro volveremos a ver y escuchar la siniestra melodía del NODO. Duele
la pantomima ofrecida ayer por y en el Parlamento con su “votación secreta en
conciencia” (¿es que alguna vez lo ha sido realmente? ¿es que no tendría que
ser siempre y verdaderamente una votación en conciencia?). Toda la ciudadanía
de un supuesto Estado constitucionalmente aconfesional regido por la moral de
la iglesia católica. Sin embargo, hoy paseaba la gente igual de tranquila en la
calle Alfonso I de Zaragoza. Y sobre mi ánimo llovía sobre mojado…
A las 10.00 horas de una mañana de la semana
pasada, tras “una oración comunitaria”, la Consejera aragonesa de
Educación, María Dolores Serrat, ante cuyo portal está apostado el perroflauta
motorizado desde hace nueve meses, asistió a la inauguración en un colegio
religioso concertado de las XII jornadas de
reflexión sobre "La religión en la escuela", junto al
arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz,
amén de ante, cabe, con… 230 profesores de religión de varias diócesis
católicas cercanas. Una preclara fotografía, un inequívoco síntoma.
Aseguraba allí la Consejera que el 35 % de los alumnos de la escuela
pública en Aragón cursa la asignatura
de religión católica, especialmente en la etapa de Educación Primaria,
mientras que un 4% elige estudiar otra
confesión (2,5 % la islámica y 1,5 % la evangélica). Olvidaba la señora Serrat
de paso concretar que los centros de titularidad pública tienen las tasas
más bajas de matriculación en religión por etapas educativas: 70,1% en
primaria, 65,4% en infantil, 55,8 por ciento en ESO y 21,1% en bachillerato. Y
allí estaba ella, la señora Serrat, un cargo público de primer orden en una
institución pública perteneciente a un Gobierno autonómico, contribuyendo a
reflexionar sobre “la enseñanza religiosa, a través de la coordinación entre la escuela y la
parroquia”.
La Consejera
Serrat, ante los datos deplorables de la poca asistencia del alumnado de la
enseñanza pública en Aragón, aseguraba que “harán lo posible desde el
departamento de Educación, para que los
alumnos elijan también la asignatura en Secundaria y continúen profundizando en
cursos posteriores”, pues, a su juicio, la formación religiosa es "fundamental" para conocer la
esencia y la dignidad del ser humano y hasta para rechazarla, ya que
"es imposible rechazar lo que uno no conoce" (desconozco si pensaba
también en el alumnado de religión de Infantil y Primaria, que no tiene la más
remota idea sobre la dimensión religiosa del ser humano ni la menor capacidad
de decisión acerca de asistir o no a las clases de religión católica).
En un Estado democrático, social y
aconfesional en la escuela deben
impartirse saberes, no creencias. Deben imperar allí la razón y la ciencia, y
jamás la superstición, el dogma y el mito. Cientos de parroquias pueden acoger
al creyente y a las familias creyentes
que lo deseen. Nunca tendrán tanta libertad religiosa como en un Estado laico,
donde la ley fundamental al respecto es la ley de la libertad de conciencia, en
igualdad de condiciones para todas y todos. Pero se trata de aferrarse al poder
multisecular y a los privilegios anticonstitucionales que la iglesia católica
ha disfrutado en España. En la mano de la Conferencia Episcopal está siempre el
chantaje de cambiar unos votos (los votos de sus numerosos adeptos
incondicionales) que pueden producir un viraje significativo para otorgar o
arrebatar el poder a un determinado partido o grupo político. Son unos
delincuentes, unos mafiosos.
Así, el arzobispo de Zaragoza abundaba en
el tema y afirmaba que la disminución
del número de alumnos en las clases de religión no viene motivada por
una decisión tomada a conciencia, sino más bien influida por el clima "laicista" de la sociedad, un discurso
"dominante que hace mella en los padres". Consejera de Educación y
Obispo de Zaragoza, ignorantes de lo elemental (vg. qué es realmente el
laicismo) y engañadores del pueblo.
Por último, en su plan de innovación
pedagógica avanzada, la Consejera Serrat debió de ponerse muy contenta al
conocer la noticia de que la Hermana Glenda, teóloga por la Universidad Gregoriana
de Roma, iba a enseñar en las Jornadas a dinamizar la clase de religión a través de
la música concebida como un elemento evangelizador. Recortan drásticamente la
Música en la escuela y ahora sale la monjita dando las clases de religión cantando
bajo la lluvia laicista que les manda el mismísimo diablo. Como botón de
muestra, he aquí una pieza musical de alto valor pedagógico y pensada en la
alegría del niño ante la vida.
Maldita sea. Canta, canta sin descanso, Michael. Mi cerebro está ya en plena fase REM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.