Marisol, Marga y el perroflauta
motorizado han estado muy bien acompañados por Antonio, hombre íntegro y consecuente
donde los haya, Jonathan y David. Luego, Laura y Antonio, con su perrita Lara
también se han acercado a saludar un rato.
Como viene siendo habitual, al
vernos, seguramente la Policía Local ha hecho que al poco rato bajaron de un
coche dos policías de paisano, que se han limitado a saludarnos y manifestarnos
su acuerdo y solidaridad. Todo por estar allí seis personas con sendos
carteles. El día que seamos diariamente diez personas en ese portal, explotaría
la acción, si nos mantuviéramos firmes y volviéramos al día siguiente… ¿Cómo es
posible que eso no ocurra con la que está cayendo?
Nos lo hemos dicho repetidas veces
mi amigo Luis, presidente de DMD, y yo,
cada vez que nos encontramos o hablamos por teléfono: somos millones, solo hace
falta que esos millones decidan darse por enterados e implicados. De hecho,
cuando las próximas generaciones se enteren de qué estaba ocurriendo durante
las dos primeras décadas del siglo XXI no encontrarán explicación a cómo tantos
millones de personas aguantaron con alienada pasividad lo que se nos estaba
viniendo encima, de tal forma que de sus bocas y sus mentes solo nacían el
estupor y el reproche. Un lugar especial en todo ello lo está ocupando el
desmantelamiento de la enseñanza pública en nuestro país.
El ser humano que se atreva a ser
honrado consigo mismo e instalar un puente de coherencia entre sus ideas y su
vida podrá escuchar el eco de esa coherencia devuelto por miles de almas potencialmente valientes y hasta ahora
vacilantes que anhelan cruzar ese mismo puente. Es esencial que cada una de
esas personas no se refugie en más subterfugios y excusas, sino que se enfrente
cara a cara consiga misma en el espejo de sus propias verdades inconfesadas y
se diga claramente que la decisión no depende de nadie más, salvo de sí misma. Sin
embargo, es como si existiera en la actualidad un acuerdo tácito entre otros
seres humanos, con intereses creados a su favor y contrarios a la mayoría, que
tratan de impedir la existencia de ese puente de coherencia. Por eso quieren
desmantelar la educación pública, por eso tratan de que confundamos la
verdadera educación publica con la simple instrucción pública y privada.
Somos millones, sí, los que sentimos
con vehemencia la necesidad de oponernos al desmantelamiento de la escuela
pública, a los que nos duele tener que soportar la actual situación cultural de
la escuela y del mundo. Somos millones los que queremos luchar por liberar a las próximas generaciones de esta locura de recortes de un derecho
fundamental como es la educación. Sin embargo, una de las tristes causas de
que, a pesar de todo, no consiga manifestarse por ningún lado ese puente de
coherencia entre las ideas, los deseos y las acciones es la pobreza espiritual
de nuestros dirigentes políticos y sindicales, de una buena parte del
profesorado y una buena parte de las familias. Necesitamos personas que pongan
su talento al servicio de una inventiva creadora, que no se arredren frente al
riesgo y la amenaza; personas con ideas buenas y nuevas. Hoy, en cambio, parece
fomentarse otro tipo de personas, llamadas realistas y prácticas, cuyas ideas
son solo una torpe copia de ideas ya marchitas, y su praxis es la de esos
prosaicos que carecen de ideas y que también por eso carecen de una praxis real
y auténtica.
"Necesitamos personas que pongan su talento al servicio de una inventiva creadora, que no se arredren frente al riesgo y la amenaza; personas con ideas buenas y nuevas"
ResponderEliminarPersonas que se muevan por la colectividad, que no escatimen el trabajo realizado para el grupo.
Abrazos para Antonio Oriol y para ti
PAQUITA