Son muchos los que opinan que la nueva ley de bases, en las grandes ciudades, beneficia a quienes compatibilizan sus cargos en los ayuntamientos con el Congreso y el Senado, algo que siempre ha sido criticado porque va en detrimento de la política municipal. Otros defienden que es una forma de ganar presencia en Madrid, a pesar de que tener que desplazarse tres días por semana al Congreso, o una de cada dos al Senado. Pero ¿y qué pasa cuando es el bolsillo el que sufre esa duplicidad? El Gobierno central ha cambiado las reglas del juego a mitad de la partida y ahora deja al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, en la situación de decidir si renuncia no solo a parte de su sueldo actual, sino también a lo que podría ganar más con la retribución que ofrece su plaza en el Senado. La supresión de dietas impuesta por CHA para aprobar el presupuesto de este año no es que ayude.
Fuentes próximas al Gobierno municipal señalaron que el regidor se enteró con posterioridad a cerrar el acuerdo con CHA e IU por las cuentas del 2014 y su enfado fue monumental. Un mes después se aprobaba la ley que fijaba en 100.000 el tope para su retribución como alcalde, de manera que al final los 138.000 euros brutos anuales iban cayendo en picado. Si se aplicaran ambas medidas ahora, se quedaría con unos 94.000 euros de salario por su cargo en Zaragoza y los 21.868,56 euros que percibe como dieta por ser senador de fuera de la capital.
Serían en torno a 115.000 al año que le acercan mucho a su máximo rival en el consistorio, el líder del Partido Popular municipal y diputado en el Congreso, Eloy Suárez, que entre la retribución básica por su sillón en el Congreso, 64.904 euros, esa misma dieta que recibe Belloch por ser de fuera de Madrid, de 21.868,56 euros, y los 26.000 que percibe del Ayuntamiento de Zaragoza como complemento por asistencia, se acerca a los 113.000 euros anuales brutos. O sea, que gobernar la quinta capital de España solo merece 2.000 euros más que controlar y criticar la gestión que se realiza desde el sillón de alcalde.
Al margen de lo curioso, seguir siendo el político mejor pagado se le antoja cada vez más difícil. Y eso, cuando se plantea en un momento en el que se pretende revisar todo el sistema de retribuciones a los concejales --que en nada le puede afectar a Eloy Suárez--, o debe decidir si quiere presentarse como candidato del PSOE en las próximas elecciones, como mínimo influye para inclinar la balanza.
A tiempo parcial 'de facto'
Son los políticos mejor pagados y solo una revisión de la masa salarial que compense la pérdida de más de 22.000 euros en dietas les sirve para poner tierra de por medio. Porque la decisión de elegir nueve ediles que pierdan la dedicación exclusiva podría llegar a aplazarse al 2015, pero la supresión de dietas es inmediata. Lo está notando ya, en la nómina de enero. Tienen que añorarse los ingresos por los consejos de administración de las sociedades que no se han celebrado. Porque no ha habido forma de hacer oficial lo que ya se ha puesto en práctica.
Pero quizá todo esto sirva para que el alcalde se replantee si es mejor cobrar un sueldo del ayuntamiento o del Senado. Y una pregunta que puede que él plantee: ¿se puede ser alcalde de una ciudad y no tener la dedicación exclusiva? ¿Puede encabezar él esa lista de nueve? Si se preguntara al resto de compañeros de corporación, a micrófono cerrado, claro, afirmarían que ambos, Eloy Suárez y Juan Alberto Belloch, ya lo hacen de continuo. Sus ausencias ante la opinión pública y por los pasillos de la casa consistorial son muy comentadas, tanto como el hecho de que las sociedades solo se convocaran en otro día que no fueran los lunes o los viernes solo cuando había paréntesis en el Senado (en una ocasión se llegaron a celebrar todos en una misma mañana, lo que se tradujo en 20.000 euros en dietas de una tacada). O que el portavoz conservador suele reaparecer también esos mismos días.
Sin embargo, quizá esta ley esté hecha a medida de un perfil como el que ambos representan. Pero al menos ellos pueden elegir de dónde cobrar. Algunos compañeros suyos de bancada puede que no tengan esa opción. Algo que, no en vano, ambos lamentan.
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