John Edgar Hoover irrumpe en el comedor
de mi casa, mientras estoy viendo en la tele Enemy, dirigida por Denis
Villeneuve. Siempre me ha parecido que
Hoover tiene ojos de sapo y rostro en perpetuo sobresalto. Quiere hablar
conmigo, pero antes de que abra la boca le asesto un golpe en la cabeza con el
mando de la tele y queda medio atontado. Después lo amordazo y lo ato de pies y
manos a una silla. Colocado detrás de Hoover, me acerco lentamente y le susurro
al oído, masticando cada palabra:
Control… Todo se reduce a control… Toda
dictadura tiene esa única obsesión… En la antigua Roma al pueblo se le ofrecía
pan y circo… a la plebe se le divertía con espectáculos… Y desde hace muchos
años las dictaduras utilizan otras estrategias… para controlar las ideas, el
conocimiento…¿cómo lo consiguen, señor Hoover?... Usted lo sabe muy, muy bien….
Dictando la cultura… haciéndola tan casera como las mentes de los dictadores…
bajando el nivel educativo… poniendo Rajoys y Rudis y Serrats al frente del desastre…
censurando la información… y esa censura se amplía a cualquier forma de
expresión individual, creativa, libre… Este ha sido vuestro patrón desde hace
siglos, John Edgar Hoover… utilizáis yugos y flechas… o gaviotas… o rosas en un
puño… o… es un patrón que se repite a lo largo de toda la historia…
Suelto a Hoover, que escapa emitiendo agudos
chillidos de rata… 37 años estuvo Hoover al frente del FBI (1935-1972), toda la
historia de la humanidad lleva el control controlando, inventando sistemas de
todo color, tendencia, ideología o signo político.
Control, control, control, control, control,
control, control, control, control, control,
control, control, control, control………………………
Hasta pronto
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