El
gobierno francés de François Hollande aprueba una reforma laboral tan execrable
como la que padecemos en España y cientos de miles de franceses y francesas
salen a las calles, acampan en la calle, se manifiestan, protestan, se oponen
con sus cuerpos y con sus armas análogas a los tirachinas. Y siguen. Y siguen…
No pueden permitirlo. No pueden permitirlo… Y lo demuestran. Y lo demuestran…
Siento
envidia (sana, creo yo), tristeza e indignación.
Los sindicatos
franceses son fuertes y aúnan energías y fuerzas de la ciudadanía. Los
sindicatos españoles… Los sindicatos españoles…
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