El tiempo, el
tiempo…
Principalmente
los existencialistas de los ‘50 y ’60 decían que somos tiempo. Una sucesión de
instantes fugaces –que llamamos presente-, en cada uno de los cuales he de
optar por actuar de un modo acorde o desacorde con lo que pienso y quiero. El
tiempo es entonces la concatenación de momentos en los que voy haciéndome,
hilando y componiendo (incluso descomponiendo) mi propia biografía.
Me voy
haciendo, a la vez que el fugaz presente se torna necesariamente pasado, vívido
o difuso, doloroso o placentero, según me “vaya yendo” en cada decisión, en
cada instante.
El pasado es
una escritura que ya no me es posible corregir o mejorar. Pasado es una
pincelada en la memoria. Pasado es una huella que dejan las energías mejor o
peor empleadas a lo largo de la existencia ya transcurrida.
Futuro es un
abanico de posibilidades que se me abren en cada instante, de las que en cada
golpe de decisión una sola será realidad.
El conjunto de
opciones realizadas y sedimentadas constituye mi persona, mi personalidad, que
puedo ir modelando según mis convicciones o que puedo echar a perder. A veces
pretendo compensar mi frustración o mi insatisfacción a base de depositar en el
futuro –aún inexistente- los proyectos y deseos insatisfechos.
Somos tiempo,
pero –aunque parezca complicado- el tiempo me “es”, me configura, me hace.
Y es que el
tiempo no es “algo” externo que simplemente medimos mediante relojes y
máquinas, sino que somos tiempo y somos el resultado del tiempo.
El tiempo está
en mis manos, sin mí desaparece, se esfuma.
Cesar en el
tiempo es cesar en el propio existir: mi existir está en mis manos, soy
responsable de mi tiempo, de mí mismo, de sus rumbo, de su cesación. Soy el
único responsable de mi tiempo, de mi existencia. Soy el único responsable de
qué he hecho con el tiempo, conmigo mismo.
Soy responsable
también, el único responsable, de la duración y la cesación de mi tiempo, de mi
existencia, de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.