Ayer vi La Novia, la última película de Paula Ortiz.
Por mis limitaciones físicas y por la ausencia de conciencia socio-humana por
parte de los responsables, no he podido acceder a ninguna sala comercial de
cine en toda la ciudad de Zaragoza. Ayer estrenaba Movistar+ la película en su
sección Taquilla. La vi en el primer pase del primer día. La vi con
recogimiento y admiración y mucho cariño. Paula Ortiz y yo coincidimos en el
IES Blecua de Zaragoza, allá por los 90, ella tierna alumna de Bachillerato;
yo, profe de Ética y Filosofía. En El Blecua tuve también la fortuna de conocer
a su padre (colega de Lengua y Literatura), Tomás, a su madre, Gloria, y
después también a su hermano y otros miembros de la familia. Perdí calidad de
sonido y de imagen viéndola por la tele, por muy HD que garanticen, pero me
daba igual.
Acabó la película y mandé de inmediato, sin levantarme, este whatsapp a Paula Ortiz: “Ya he visto La Novia. En realidad, ella me ha visto a mí. Lleno estoy de tierra y de fuego y de agua ardiente y de agua escasa. Creo que durante toda mi vida he sido y sigo siendo esa novia. Paula, es hermosa la película. Hermosura en la asfixia y en el deseo de expansión. Paula, gracias por esa maravillosa obra de catarsis y arte (ya sabes, siempre unidas). Y sobre todo, gracias por existir”.
Acabó la película y mandé de inmediato, sin levantarme, este whatsapp a Paula Ortiz: “Ya he visto La Novia. En realidad, ella me ha visto a mí. Lleno estoy de tierra y de fuego y de agua ardiente y de agua escasa. Creo que durante toda mi vida he sido y sigo siendo esa novia. Paula, es hermosa la película. Hermosura en la asfixia y en el deseo de expansión. Paula, gracias por esa maravillosa obra de catarsis y arte (ya sabes, siempre unidas). Y sobre todo, gracias por existir”.
Leo nada más levantarme en el Huffington: “Bruselas
espera que el Gobierno le remita su programa nacional de reformas en abril”.
Algo así como estar en el corredor de la muerte. “Programa nacional de
reformas” (otro eufemismo: reformas por recortes). “Programa nacional”… ¿Qué
hay que reformar? Lo de siempre: educación, sanidad, pensiones… gasto social en
general y en particular. Estómagos, zozobra, depresión, niños, familias… eso es
lo realmente “recortable”. El ministro Soria da y dará mil excusas por su
cuenta offshore en Panamá… y el PP lo apoya y le comprende. Todo es mentira.
Todo es mentira. Mientras no regularicen los flujos y las transacciones
financieras en España y en el mundo, mientras no haya una verdadera política
fiscal progresiva y redistributiva, no saldremos del corredor de la muerte,
mientras el 1% descorcha botellas de Moët & Chandon y cuant@s tienen
pasta (las excepciones confirman la regla) duermen sobre un gran colchón de su
hermosa nada a la brisa de las palmeras y al son de las olas de su paraíso…
fiscal. Habrá un día en que tod@s, al levantar la vista, veremos una cárcel con
tod@s ell@s dentro.
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