martes, 30 de abril de 2013

1º de mayo: ¿Galgos o podencos?




Mañana, 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, ocurrirá en la ciudad donde vivo los mismos acontecimientos de cada año. Algunos, buenos, porque serán una reivindicación del deber de trabajar y el derecho al trabajo de la ciudadanía.  Otros, algo más lamentables.
Por un lado, UGT y CC.OO. saldrán de una plaza y a una hora, y terminarán ante la Delegación del Gobierno. Por otro, CGT, CNT y otros sindicatos autodenominados "críticos" saldrán de otra plaza y a otra hora para acabar en otra plaza, la plaza de La Seo.
El poder económico y financiero forma un cuerpo unitario y sin fisuras para seguir perpetrando recortes de derechos y libertades de la ciudadanía y de la población trabajadora y desempleada. Con 6,2 millones de desempleados, 11 millones al borde del umbral de la pobreza y 400.000 desahucios se proponen seguir horadando implacablemente el sistema de derechos y servicios sociales.
El mundo sindical, en cambio, sigue partido y desunido. Unos, porque dicen aglutinar a la mayoría de delegados y afiliados. Otros, porque se consideran más puros y combativos. Finalmente, el secretario general de la UGT soltará su discurso y el de CC.OO. repetirá el mismo mensaje en otro discurso gemelo univitelino, para no correr el riesgo de que un sindicato parezca por encima del otro.  En la cercanía se oirán los cantos y gritos de la otra manifestación sindical más pura, más combativa, según creen sus participantes.

Se cumplirá entonces con toda su crudeza la conocida fábula de Tomás de Iriarte “Galgos o podencos”:

Por entre unas matas,
seguido de perros,
-no diré corría-,
volaba un conejo.

De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: “Tente,
amigo; ¿qué es esto?”

“¿ Qué ha de ser?” –responde-;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.”

“Sí -replica el otro-,
por allí los veo...
Pero no son galgos.”
“¿Pues qué son?” “Podencos.”

“¿Qué? ¿Podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos,
bien visto los tengo.”

“Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.”
”Son galgos, te digo.”
”Digo que podencos.”

En esta disputa,
llegando los perros
pillan descuidados
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.


2 comentarios:

  1. Que razón tienes profesor, así nos va mea culpa.
    soy un conejo más.
    Jesús

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  2. Me temo que estos puristas sin quererlo' le hacen el juego a la derecha. Si los sindicatos no salen unidos, dificilmente lo estarán la clase trabajadora.

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