Khalifa es un ciudadano senegalés, de
45 años, estatura media, algo canoso y tiene
dos hijos gemelos de doce años –creo recordar-. Lleva 22 años entre nosotros y
él mismo se autodenomina “maño”. Percibo
también en él el enorme peso de una triste historia que carga sobre sus
espaldas. Hoy se ha visto en audiencia pública el caso en el que Khalifa está
directamente implicado: un policía local ha denunciado a Khalifa por atentado y
lesiones en la espalda mientras efectuaba el desahucio de su casa.
Khalifa, como muchos trabajadores
perdió su empleo y no pudo pagar la hipoteca que tenía contratada con
Banesto. En septiembre de 2011 la entidad lo
desahució de su vivienda. Dos policías locales y dos mujeres integrantes de la
comisión judicial se personaron en la vivienda -un bajo- de Khalifa, sita en la
calle Terminillo, del barrio zaragozano de Delicias. Khalifa no estaba en esos
momentos en su domicilio, y dos amigos suyos estaban sacando a la calle sus
pertenencias principales (un frigorífico y una lavadora), bajo la atenta
vigilancia de los dos policías y las dos funcionarias. Al poco rato, llegó Khalifa. En el juicio ha
contado a la juez su estupor, su indignación y sobre todo –repetido varias
veces- su “desesperación” al contemplar aquello.
El policía denunciante y otro compañero
también policía, ambos portando sendos pistolones y uniforme reglamentario, han
descrito el estado de ánimo de Khalifa como “alterado y agresivo”. Khalifa, en
cambio, ha calificado su actitud de “normal”. Me hago la idea de que Khalifa se
quejó con todas sus ya escasas fuerzas y con toda su “desesperación” de lo que
estaba sucediendo: estaba en la calle, con una lavadora y un frigorífico, sin
tener adónde ir. Es difícil tener una actitud “normal” en esos momentos. Según
una de las dos testigos se le acercó a la cara diciendo cosas como “no hay
derecho”, y cosas de esta índole. La otra no recordaba bien. Curiosamente, una
de las comparecientes no ha reconocido a Khalifa como actor de los hechos, ha
declarado que era otro, de nombre Mustafá. Al cabo de unos minutos de
interrogatorio por parte de la fiscal, ha reconocido a Khalifa (“yo soy el
Califa”, recordaba ahora haber oído muy cerca de su cara la señora).
El policía denunciante le dijo a Khalifa
que dejara de gritar o le detenía. Khalifa le respondió que le detuviera, pero
que el ya no era un niño para hacerle callar.
El policía local denunciante es
bastante alto, cerca de 1,90, calculo, es bastante joven –rondará los
veintimuchos o los treinta. Ni corto ni perezoso, se aprestó a detenerle, a lo
que Khalifa se opondría (es lo normal, aunque las versiones de los
comparecientes distan mucho de coincidir). Es posible que se produjera un
forcejeo (el policía aventaja mucho en altura y corpulencia a Khalifas. Hay una
confusión de explicaciones sobre qué ocurrió y cómo se produjo la detención,
pero Khalifa declara que mientras le esposaba, el policía le puso una rodilla
en la espalda y otra en el tobillo. Resultado: rotura de tobillo de Khalifa,
operación de tobillo en el hospital, donde tuvo que permanecer un mes, además
de tener que ir durante un año a recuperación.
El policía compañero declara que no
intervino, a pesar del forcejeo, a pesar de la supuesta violencia de Khalifa de estar viendo que los dos – Khalifa y el
policía denunciante- caen al suelo (una versión: fruto del forcejeo y del
pataleo de Khalifa, otra versión: para poner esposas, hay que tender boca abajo
al detenido). El policía compañero opta por quedarse a unos metros para pedir refuerzos y calmar a la gente que
presenciaba los hechos. (No hace falta ser psicólogo, para que parezcan muy raros algunos
comportamientos declarados en el juicio).
Khalifa estaba en el hospital, recién
operado o a punto de ser operado del tobillo, mientras el policía que le esposó
interponía una denuncia contra Khalifa por “atentado y lesiones” (en su
espalda). Ninguno de los comparecientes vio ningún golpe a la espalda del
policía denunciante, aunque este parece insinuar que tales lesiones se
produjeron por la acción de sujetar o levantar a Khalifa.
El juicio se reanudará dentro de quince
días, cuando los testigos de la defensa puedan comparecer. La médico forense,
primera testigo de la defensa, no ha comparecido por ser hoy “su día festivo”,
y el otro testigo, un compañero de Khalifa que presenció los hechos, está
actualmente en Valencia, pues está trabajando ahora como temporero.
Si puedo, volveré a presenciar el
juicio con el deseo imperante –la necesidad-
de que la justicia me demuestre ser justa.
¿Qué pasa en y por la cabeza de ese
policía, de esos dos policías, al perpetrar esas acciones durante un desahucio
y con un recién desahuciado, al denunciar al desahuciado por “atentado y
lesiones” (¡!), al declarar en tales términos en un juicio contra Khalifa? ¿Le
han mirado directamente a la cara, se han detenido en su mirada?
¿Podrían comparecer en una sala de un
juzgado de instrucción sin ostentar esos pistolones y esas esposas como uniforme
que les otorga identidad?
¿Reflexionarán? ¿Re-conocerán los
hechos? ¿Se re-conocerán en la verdad de esos mismos hechos? ¿Conocen el
significado de cinismo, de empatía, de justicia?
Quisiera ver un juicio justo dentro de
quince días.
El lunes 6 de mayo a las 9:15hs el 2º Capítulo de la historia donde un mastodonte (goliat) de uniforme "autoritario" denuncia penalmente haber sido "lesionado" por un "david" de 60kgs y 60 años (casi) cuando lo echaban de la que había soñado sería su casa...
ResponderEliminarEn el primer capítulo, la versión del denunciante, su testigo, 2 oficialas de justicia ¿¿?? y el denunciado, 5 personas, 5 películas distintas...
El sobreseimiento y archivo de la causa sería lo más eficiente a los intereses generales..., y de paso que se ocupen los recursos en evitar que nos sigan robando el futuro.
QUE NO HAY PAN PA' TANTO CHORIZO
LE LLAMAN DEMOCRACIA Y NO LO ES
QUE NO NOS REPRESENTAN, QUE NO, QUE NO.
#JAQUEALREGIMEN
#NOTENEMOSMIEDO
#LaDignidadEsNuestra
#ElMiedoEsDeQuienesNosGobiernan
indignada ante las injusticias sociales,no hay derecho,que la justicia mire hacia otro lado ,ante los abusos judiciales y los abusos policiales y se le crea a los funcionarios y profesionales que nos denuncian con acusaciones falsas y la victima siempre es la perjudicada y no tiene derecho a defenderse hasta cuando tenemos que soportar todas estas injusticias ,por el menos hecho de ser de otro pais acaso no somos seres humanos ,hasta cuando las mentiras,el acoso y las represalias de quienes abusan del poder,si la justicia española vulnera los derechos de los ciudadanos ,que ejemplos nos pueden dar,me solidarizo con el compañero Khalifa,ante los abusos policiales,unidos todos juntos si podemos,hace falta ya una plataforma de ciudadanos afectados por el sistema judicial,lo mio fue un desahucio silencio ,donde no se me admitio en cuatro comisaria mi denuncia,ni en el jusgado de guardia,ni en la guardia civil ,pero lo mas intolerante que se me hizo negacion de mi derecho ,no se me enseño la orden judicial y quienes se representaron en mi domicilio se negaron ,ni tan siquiera me diero la golpea ,ciudadanos afectados por el sistema judicial ,tenemos que alza nuestras voces para hacer un llamamiento al gobierno y a todos los grupos politicos de lo que esta pasando,reclamo justicia victima de violencia de genero desamparada y en total indefesion en la cual se me agrede ,se me lesiona y se guarda silencio cuyos hechos ocurrieron en el instituto aragones de la mujer en zaragoza,mientras hay quienes abusan de su poder ,vemos que la justicia nos hace invisible .
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