lunes, 12 de mayo de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 243

            
            51 semanas en la calle Alfonso.
21 días para celebrar el cumplimiento del primer año en el portal de la vivienda de la Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.
10 días para que venga a Zaragoza y se acerque hasta ese portal mi amigo, compañero, camarada y hermano, Luis Montes, Presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD España). Quien decida acudir al portal  el 22 tendrá ocasión de saludarlo y compartir con él unos imborrables minutos.



 Marisol y el perroflauta motorizado han estado gratamente acompañados por Jesús, más otras personas, como, por ejemplo, Rosa y Leandro de Madrid y Laura y María.

A primera hora de la mañana, un hombre, maduro, acento extranjero, se ha plantado ante el perroflauta motorizado y ha sacado nerviosamente de una bolsa una camisa, lavada y planchada, que ha mostrado y ofrecido al perroflauta. “Camisa…”, ha balbucido. “No, no. No acepto donativos”, ha respondido, sorprendido, el perroflauta, mientras pensaba si la camisa que lleva puesta estaba quizá algo raída. Hasta hoy le habían ofrecido dinero. A partir de hoy, también prendas de vestir.


Desde ayer el perroflauta motorizado le está dando vueltas a lo mismo: el control a través de la educación y la instrucción. El orden oficial (con sus fuerzas de su orden y sus medios propagandísticas de su orden) controla cuerpos y almas. Tienen sobre todo la tele e Internet a su disposición para perpetrar ese control. Entretanto, no pocas personas creen ser autónomas e independientes mientras tengan cerca su whatsapp. El orden sabe bien que la vía principal para consolidar y justificar su ordenado desorden es la educación. Para ello toman la primera de las medidas: que la gente confunda instrucción (asignaturas, exámenes, libros de texto, calificaciones, clases, promociones…) con educación. Quien controle la instrucción controla todo lo demás (por qué, si no, tal favorecimiento de la escuela privada).
Hoy en día no hay instrumento más aquietante que la creencia dentro de un aula. Si la creencia (clase de religión) tiene rango de asignatura todo puede ser ya creíble y se puede mentir cuanto se quiera. De paso, la parte del alumnado que se muestre inquieto y manifieste inquietudes será etiquetado como difícil, hiperactivo, desobediente, rebelde.
El orden está triunfando, cada vez más por goleada. Demasiada gente hay quieta en el mundo, sin turbación o alteración, sin tener o hacer movimiento. El objetivo principal de la escuela, en cambio, ha de ser formar personas inquietas, propensas a promover o efectuar algún cambio que mejore el mundo y la vida. Una buena educación busca inquietar, despojar de la quieta posesión de algo, perturbar hasta que estalle por dentro de vida.
La inquietud proviene del pensar sin andadores, sin cobijos falsos engalanados de rejas, con las piedras del camino como única almohada y las estrellas como único techo. Eso está en las antípodas mismas del sistema de enseñanza/instrucción actual. Y así nos va, claro.
Cada minuto en la escuela y en la vida ha de ser una incitación a pensar emocionadamente. Pensar es la esperanza de que otro mundo es posible. El verdadero pensar emocionado hace latir con fuerza el corazón. La verdadera esperanza no sabe quedarse quieta, pues solo se entrega a los inquietos. La educación descansa solo invitando e incitando a pensar al inquieto.



Hasta mañana

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.