Mañana fresca. Marisol está de viaje y
Marga se extasía ante algunos parajes del Camino de Santiago. Las he echado
mucho de menos. Carmen, profesora durante luengos años, y Emilio, Jesús y Paco,
de la Asociación de Vecinos del Actur, han pasado una buena parte de la mañana en
el portal. Ha sido estupendo estar con ellos. A última hora también han estado presentes algunos miembros del “Boinascut”.
El perroflauta motorizado ha ido al
portal rumiando los resultados de las elecciones al Parlamento europeo de ayer
y preguntándose si hoy iba a ser una jornada especialmente solitaria. Le he
animado, ya esperando el autobús, y le he recordado que apenas si falta una
semana para el 3 de enero, un aniversario que desea festivo y lleno de amig@s.
El perroflauta motorizado me ha mirado de improviso y me ha animado, a su vez,
porque percibo muy cercano el miércoles que viene, en que una coronariografía
aconsejará y revelará al equipo médico en el mismo acto quirúrgico la
posibilidad de colocar uno, ninguno o varios stents en mis coronarias. Si todo va bien, estoy de sobra el lunes próximo en el portal de la Consejera.
Me he aferrado especialmente en el portal
de la Consejera a la inconmovible presencia de Mairena y de Beethoven, de Marx
y de Freud y de Nietzsche y de Stravinski y de Mozart y de… mis seres más
queridos, pronto conmigo. El perroflauta motorizado y yo nos hemos abrazado con
fiera determinación y nos hemos hecho presentes, muy presentes, en el portal de
la Consejera de Educación. Hay presencias y presencias, y hemos escogido la
presencia más densa, plena, consciente y convencida, una presencia que no necesita
palabras ni reconvenciones para que el viandante pueda percibirla, a poco que
se fije. Allí han estado durante la mañana de este lunes mi alma, mi cuerpo, mi
corazón que me pide atención, mi vida entera, descarnada, en cueros, a la
intemperie. El alumnado suele percibir también el grado de esa presencia cada
vez que un/a profesor/a entra en el aula cada cincuenta minutos.
Que los alumnos y alumnas de una clase
estén o no estén presentes depende en buena parte de la presencia real del
profesor en la misma. Un “buenos días” les da ya suficiente información sobre
la cantidad y la calidad de la presencia real de ese/a profesor/a en clase, en
toda la clase, en cada uno de las personas que ocupan un espacio en ese aula,
que intuyen en décimas de segundo si estar presentes con su profesor/a y sus
compañer@s o irse de picos pardos con su
imaginación y su tedio. Los alumnos perciben desde el primer minuto de la
primera clase del curso el grado y la implicación de la presencia de ese
profesor. (Cuanta menos presencia perciben, más suspendidos hay en el aula, más
castigados hay en el aula). A Wert y Serrat seguramente es sonará a poesía
inútil e ininteligible todo esto de la presencia real o solo presencia material
en el aula………
Hoy el perroflauta motorizado y yo hemos
quedado abrazados hasta la hora de regresar a casa, tarareando sueños y sueños.
Hasta mañana
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