miércoles, 27 de mayo de 2015

Pablo Echenique, Podemos Aragón y el principio de realidad


Según Freud, nacemos, vivimos y morimos pertrechados por el principio del placer, por el que intentamos a toda costa evitar el displacer y procurarnos placer. Ese es el primer lenguaje de un niño: llorar si desea algo que no tiene y dejar de llorar en cuanto se le proporciona. Este principio de placer busca que la frustración desaparezca sin dilación, sin plazos, sin aplazamientos, sin atenerse a razones ni argumentos.

Sin embargo, pronto entramos en el mundo de la realidad de los adultos, con reglas, normas, plazos y aplazamientos en la consecución del placer y la evitación del displacer: un niño va aprendiendo así que no puede hacer lo que le venga en gana, cuando y como le venga en gana, que hay unas horas para ver la tele, irse a la cama, estar en el cole, merendar, comprar chuches, etc. etc. Como es sabido, Freud llama a ese acompasamiento del principio del placer con la realidad concreta del mundo y de la vida “principio de realidad”: nadie puede vivir y convivir con un cierto equilibrio personal si no logra acompasar su necesidad de placer con la necesidad de acoplarse a la realidad del mundo, regulando lo más armónicamente posible el principio del placer y el principio de la realidad.

Todo este “rollo” de psicoanálisis barato me vino a la mente ayer, tras escuchar las declaraciones del líder de Podemos Aragón, Pablo Echenique, sobre las consecuencias inmediatas de los resultados electorales del 24-M en el ámbito autonómico, y la carta de 27 de mayo (“Gracias por haberlo cambiado todo”) que Echenique dirige a los afiliados y simpatizantes de Podemos Aragón redundando en lo mismo. Ciertamente, Pablo Echenique pudo con razón sentirse molesto al enterarse de que Javier Lamban, cabeza de lista socialista para las Autonómicas en Aragón, se daba casi a priori por próximo Presidente de Aragón. En realidad, frente a los 21 escaños obtenidos por el PP, el PSOE cuenta con 18, Podemos con 14, Ciudadanos con 5, Chunta con 3 e IU con 1. En román paladino, la única forma de asegurar que el PP  no siga gobernando en Aragón es un pacto entre las opciones políticas de izquierda (por mucho que las actuaciones y omisiones socialistas de los últimos años alejen al PSOE de la izquierda y por mucho que Podemos haya evitado artificialmente posicionarse en la derecha o en la izquierda, sino en todo lo contrario).

Podemos cuenta con un potente principio de placer: ha ofrecido a la ciudadanía una serie de propuestas de cambio ilusionantes, cuenta con una “tendencia ascendente” de crecimiento y ha sabido recoger las principales y más perentorias necesidades y reivindicaciones del pueblo. Ahora bien, pasado el 24-M, se topa con el principio de realidad: se apoya  o se pacta, o, de no hacerlo, se deja el Gobierno de Aragón en manos del Partido Popular. Ante este planteamiento, el principio del placer de Echenique y de Podemos Aragón (y que conste que nunca jamás he votado al partido socialista en unas elecciones) parece haber entrado en el terreno político real cual elefante en una cacharrería.

Afirma Echenique que “los socialistas no tienen por qué pensar” que les van a dar su apoyo para presidir el Gobierno aragonés, pero los socialistas sí pueden pensarlo razonablemente, aunque, de hecho, Podemos no les prestare tal apoyo. Echenique habla de tres líneas rojas innegociables, (lucha contra la corrupción, cambio de modelo económico y despoblación), declara que “nada hay hecho”, para a renglón seguido postularse (“no descarta”) ser Presidente de Aragón y del Gobierno de Aragón. Para ello, mira hacia donde le conviene, sin ver, al parecer, lo que no le conviene: aduce que solo 5.000 votos le separan del PSOE (“empate técnico”, lo llama) y que Podemos es la segunda formación política en las tres capitales aragonesas, pero parece no aceptar un hecho político consumado por antonomasia: frente a los 18 escaños del PSOE, Podemos cuenta con cuatro menos, 14 escaños. Así las cosas, los argumentos de Echenique son tan legítimos como morales e incluso metafísicos, ya que los argumentos políticos son, velis nolis,  palmarios: 18 versus 14 escaños.

Difícilmente puede esperarse de los socialistas su apoyo a la opción Zaragoza en común para el ayuntamiento zaragozano (10 concejales PP, 9 Zaragoza en común, 6 PSOE, 4 Ciudadanos, 3 CHA) si se pretende aislar tal apoyo de lo que ocurra con Podemos en relación con el Gobierno aragonés. Se  trata de “procesos independientes”, afirma Echenique, pero eso se ajusta muy poco con la realidad (la realidad también es política, así como la política forma parte de la realidad), pues he tenido el privilegio de asistir en primera fila de platea a los denodados esfuerzos por parte de Podemos por, sucesivamente, ningunear, combatir, influir a base de personas “neutrales”, negociar su participación, someterse a una votación de candidatos con listas abiertas y sufrir una fuerte frustración a la vista de los resultados finales. Afirmar ahora que DGA y Ayuntamiento son “procesos independientes” es, ateniéndonos a la realidad de los hechos, faltar a la verdad. Otra cosa distinta es que Echenique no resista pensarse dentro de la DGA o de las Cortes de Aragón sin alcanzar la Presidencia de Gobierno o la Presidencia de las Cortes. En tal caso, sin embargo, no estaríamos hablando ya de “procesos”, sino de “egos”.


Echenique quiere hablar con el PSOE “de tú a tú”, si bien deja entrever que cuenta con una prevalencia moral frente a los socialistas, pues “los aragoneses han jubilado a Luisa Fernanda Rudi, y la herramienta que han escogido se llama Podemos”. Tal argumento es intangible, pues no se puede demostrar o refutar, al igual que el argumento de afirmar que “podemos representa que la valentía y el sentido común  lideran el cambio en España”. Echenique deja patente su principio de placer (lo que le gustaría y tal como le gustaría), pero personalmente lo veo muy poco vinculado con el principio de realidad (lo que hay, le guste o no le guste).

Y como éramos pocos, Echenique declara “total autonomía” respecto de lo que puedan hablar o concertar Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en la línea de un horizonte más global. De lo que Podemos Aragón y Echenique nunca podrán ser autónomos cara a la ciudadanía, si su purismo político (su principio de placer autónomo e incondicional) conduce a que el Partido Popular gobierne en Aragón durante otros cuatro años.

Echenique tiene toda la razón cuando asevera que “es feo dar hechos consumados a golpe de titular”. Eso sí, este principio es aplicable a todos por igual, contando siempre con el principio del placer, pero sin dejar de lado jamás el principio de la realidad del mundo y de la vida.




2 comentarios:

  1. del principio de la realidad a la sensatez ... eso esperamos.
    Y los socialistas, que aprendan la lección o seguirán en esa deriva hacia la insignificancia ...

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  2. La utopía no está relacionada con lo imposible, sino con lo óptimo, lo cabal, lo máximo, lo perfecto. Sin utopías reales y auténticas la vida carece de horizonte. La utopía no solo es posible, sino necesaria.

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