Septiembre
ya. 14ª semana consecutiva en el portal de la Consejera aragonesa de Educación,
Mª Dolores Serrat. Tres meses y medio. El tiempo no se limita a pasar, ya que el
tiempo sobre todo consolida y construye, afirma la vida desde su propia
fugacidad. ¿Hasta cuándo allí, perroflauta? Hasta que resten fuerzas y
energías, Antonio. Un coche de la policía ha respondido amigablemente al saludo
del perroflauta motorizado, que, a su vez, ha sido preguntado por un sin/techo si
sabía el número premiado el viernes pasado en el cuponazo, lo que ha hecho suponer
al perroflauta motorizado que había sido confundido con un vendedor de cupones
de la ONCE apostado ante aquel portal
elegante.
Ramón
y Mamen se han acercado al filo de las 10,30 y se han hecho esta foto con
Antonio, el perroflauta motorizado. Han sido unos momentos agradables en una
mañana algo compleja.
He
estado enfrascado en conseguir activar un “pincho” de conexión a Internet para
el portátil. Antes de perroflautear, he ido a la tienda Movistar de la calle Alfonso, que ofrece esta barrera arquitectónica
insalvable para una silla de ruedas. Movistar financia un equipo ciclista de élite,
pero a los perroflautas motorizados no nos tiene en cuenta, por mucha
publicidad que hagan. A ver, si no, esta foto de la entrada a la tienda
Movistar en pleno centro de Zaragoza:
Entretanto,
el mundo sigue en manos de todos y cada uno de los seres humanos de la Tierra.
Nos hacen creer que solo depende de los ricos, los banqueros y los poderosos,
pero los seres humanos tenemos el más contundente de los argumentos para
cambiar este estado de cosas: la rebelión. Pero antes de la rebelión, es
preciso hacer una revolución purificadora: una revolución externa y sobre todo
una revolución interna en cada uno de nosotros.
Hay
que construir un mundo sostenible, que el transporte, los hogares, la energía y
la agricultura lleven orgullosamente siempre pintadas sus caras de verde,
porque su alma también es verde. Estamos echando a perder el mundo, estamos
dejando un basurero de mundo para los hijos de nuestros hijos, los nietos de
nuestros nietos, asumimos cada día como un
hecho irremediable que una buena parte de la humanidad sea desgraciada y
viva en la miseria. Verdes, quizá tendríamos menos cachivaches, pero también
podríamos sobrevivir con mucha mayor consonancia con nosotros mismos, con
nuestra esencia humana en el mundo, compartido justamente con los demás. El
cortoplacismo nos está aniquilando. Los Gobiernos miran a otro lado, los
presidentes de las empresas piensan que esto ocurrirá cuando ellos ya no estén
aquí y calculan únicamente hasta el siguiente reparto de beneficios… El
capitalismo es un sistema que no permite pensar a largo plazo, ahora ni
siquiera vivir a medio o largo plazo. Vale solo el beneficio a corto plazo, la
ganancia que se toca, el cachivache que se tira para comprar otro, el bienestar
de las siguientes veinticuatro horas.
Hasta
mañana.
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