Publicado hoy en El Periódico de Aragón
Comienza septiembre, pronto
empezará otro curso escolar. El ministro Wert
vendrá a Zaragoza el
próximo 23 de septiembre para inaugurar oficialmente el curso académico (al
parecer, Zaragoza ostenta el triste título de ser una de las ciudades españolas
con menor hostilidad). Allí estarán las autoridades académicas y gubernativas
bajo el tañido de los recortes en
educación. En el acto se evitará a las víctimas de lo que eufemísticamente
llaman los gobernantes “austeridad” y “ajustes”, aunque tampoco nadie
responderá desde el poder a la pregunta de por qué el Gobierno destina 35.000
millones para la deuda de los bancos, mientras declara una y otra vez que no
hay dinero para sanidad, educación o atención a la dependencia.
Rajoy en todo el país y Rudi en Aragón han hecho de sus
Gobiernos unas fieles gestorías de lo que les va dictando la Troika (Comisión
Europea, BCE y FMI). El ministro Wert y la Consejera aragonesa Serrat nada tienen que ver con la
educación e incluso muy poco con la instrucción: siendo optimistas, a lo sumo
son solo un ministro y una Consejera de Instrucción (cada vez más privatizada y
menos pública), mas no de educación.
Nos encontramos con unos gobernantes sin norte y sin
criterio, a los que ni se les pasa por la cabeza eso del pensar y del saber
libre y críticamente, pues solo hablan de resultados, aunque, cuando se les
inquiere de qué resultados están hablando, resulta patente que su discurso es
ajeno a lo que realmente es educación.
Son gobernantes sin criterio propio que austericidan a
docentes, a familias y a alumnado.
Ignoran que educar bien es imposible sin atención a la diversidad, aumentando
ratios alumnos/aula, recortando profesorado, racaneando construir nuevas
escuelas o castigando a poblaciones rurales pequeñas sin centro escolar.
Ignoran que educar bien implica que los comedores escolares deberían ser un
servicio social gratuito como parte integrante del proceso educativo, o que
educar bien es imposible si miles de jóvenes universitarios no pueden seguir
cursando sus estudios por falta de recursos económicos y a sabiendas de que los
hijos de los ricos irán a sus universidades privadas o tendrán costeada
holgadamente su matricula, sean cuales fueren sus resultados académicos.
Ignoran que nada tiene que ver con educar bien costear los colegios que
segregan por sexo o reforzar las clases y el profesorado de religión en la
escuela pública, elegido a dedo por los obispos y costeado con el dinero de
toda la ciudadanía.
Ellos gobiernan (mal), pero yo, como muchos otros compañeros
y compañeras, como las familias de nuestros alumnado, educamos, enseñamos y
formamos. Ellos pasarán a los anales de las crónicas históricas y políticas del
país, pero nosotros pretendemos únicamente quedar en la memoria y en las vidas
de millones de niños, jóvenes y adultos a través de lo que vamos sembrando para
que vayan formando sus mentes y sus almas queden relativamente intactas. Ellos
construyen (pocas, cada vez menos) escuelas, y nosotros nos ganamos la vida
haciendo escuela cada jornada, cada clase, cada instante que vivimos en ella.
Ellos obedecen lo que les dicta la Troika y dictan las
medidas austericidas que reciben de ella. Nosotros, en cambio, debemos enseñar
que cada persona sea dueña de sí misma. Ellos se remiten y se amparan en
la legalidad, nosotros hemos de invitar a que nuestro alumnado sea justo
consigo mismo y con cuanto le rodea, e incluso rebelde con las leyes injustas.
Ellos juran cargos, gobiernan y
al cabo de unos años se van. Nosotros nos quedamos sea cual fuere el Partido
que gobierne y queremos quedarnos también en cada una de las personas que
tenemos cada curso a nuestro cargo. Ellos mienten y manipulan a tenor de sus
intereses o de los objetivos que les han marcado. Nosotros hemos de ser
respetuosos, sinceros y honestos con nuestro alumnado y sus familias.
Ellos
nos quieren dividir, y nosotros enseñamos a multiplicar en matemáticas y en la
vida. Ellos restan saberes y asignaturas como Educación de la Ciudadanía,
Latín, Griego, Música o Filosofía, nosotros sumamos cada día en cada alumno y
cada alumna conocimientos, destrezas y habilidades para que sepan llevar una
vida buena y una buena vida. Ellos suman a los conocimientos del currículo
creencias religiosas, mientras nosotros
sabemos que en una escuela se deben impartir saberes y conocimientos raciones y
científicos, y no creencias. Ellos calculan votos y votantes, nosotros queremos
que el alumnado quiera siempre democracia, una verdadera y real democracia.
Ellos
nos agreden con sus recortes urdidos en sus gestorías, nosotros nos defendemos
(eso, sí, bastante poco y mal). Ellos tienen los gastos pagados, nosotros
pagamos sus gastos, a pesar del recorte que anualmente sufren nuestros
bolsillos respecto de lo que sube el coste de la vida, a pesar de que por
decreto nos quedamos un año sin paga extra de navidad.
(El perroflauta motorizado lleva tres meses y medio
cantando a la Consejera, escondida tras los visillos de su balcón).
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