martes, 10 de septiembre de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 73


Hoy el perroflauta está cansado. Necesita descansar. Solo quiere dejar aquí escrito que Begoña y Juan de Mairena han estado grabando una jornada cotidiana del perroflauta motorizado con la idea de confeccionar con todo ese material un pequeño reportaje.
La jornada ha transcurrido con la anormal normalidad o la normal anormalidad de todos los días. Begoña se ha ido después de comer y el perroflauta ahora toca melodías dulces con su vieja flauta, mientras su perro le lame las maravillosas heridas que han quedado dentro de él.

Marga ha compartido una buena parte de esa jornada también. ¡Qué gran compañera es Marga! Por muy duro que sea el camino, ella parece no cansarse jamás.
Mañana el perroflauta estará de nuevo allí, en el portal de la Consejera, con Juan de Mairena y todos los que habitan en él. Juan de Mairena se ha ido también con Begoña a Madrid. Ambos están la mar de contentos de haberse conocido.
Hoy la escuela pública, laica y de calidad brama de forma especial en mi interior. Por ella, la vida si es preciso. De hecho, de la escuela pública depende la vida.

Hasta mañana, pues.

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