jueves, 16 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 165


Comienza la mañana en el portal con lluvia tímida y nos vamos del portal con sol espléndido. Hoy han ido viniendo bastantes. Estas fotografías dan cuenta de ello. Marisol, Unai, Paco, Jonathan, Pilar, Marga, Marcos, Jesús…



El perroflauta motorizado reflexiona especialmente estos días sobre qué es eso de “salud” y “buena salud”. Como no es ningún kamikaze irresponsable, hará lo razonablemente posible por estar bien, pues “buena salud” y “estar bien” son equivalentes. Salud, al igual que vivir, abarca mucho más que efectuar la capacidad de respirar, comer, dormir y defecar. El ser humano tiene como signo de identidad la concordancia entre lo que piensa, quiere y hace, así como la posibilidad de con-vivir con los demás y compartir con ellos sus luces y sus sombras. Además de la dimensión familiar, social, profesional, además de la dimensión somática y fisiológica, el ser humano tiene también constitutivamente una dimensión ética. “Ética” no dice relación primordial con mandatos, leyes, mandamientos o deberes, sino sobre todo con el resultado de ir haciéndose cada instante, decisión a decisión (no hay situación humana que no implique decisión), de tal forma que finalmente se es responsable de la biografía humana que se ha estado haciendo realidad: ganarse como humano o echarse a perder como ser humano.
El perroflauta motorizado está siendo tratado desde ayer de una posible angina de pecho estable. Eso no le lleva a retroceder, sino a seguir siendo y haciendo lo que debe y quiere, eso sí, evitando momentos o circunstancias adversas innecesarias. El perroflauta motorizado seguirá, pues, cada mañana en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, Universidad, Cultura y Deporte.
O sea, que seguimos aquí”, concluye Mairena. “¿Me dejas que te diga algo respecto de eso que decías a propósito de la ética?”, pregunta a reglón seguido. Y sin esperar permiso ni respuesta, habla Mairena: “Porque si el hombre, como nosotros creemos, de acuerdo con la ética popular, no lleva sobre sí valor más alto que el de ser hombre, el aventajamiento de un grupo social sobre otro carece de fundamento moral”.
Y para no ponernos demasiado serios y transcendentales”, sigue hablando Mairena, “te cuento dos anécdotas que me ocurrieron en clase”:

—Darete el dulce fruto sazonado del peral en la rama ponderosa.

—¿Quieres decir que me darás una pera?

—¡Claro!

Siempre está usted descubriendo mediterráneos, amigo Mairena.
—Es el destino ineluctable de todos los navegantes, amigo Tortolez.



Hasta mañana

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