Comienza la mañana en el portal con lluvia tímida y nos vamos
del portal con sol espléndido. Hoy han ido viniendo bastantes. Estas
fotografías dan cuenta de ello. Marisol, Unai, Paco, Jonathan, Pilar, Marga,
Marcos, Jesús…
El perroflauta motorizado reflexiona especialmente estos
días sobre qué es eso de “salud” y “buena salud”. Como no es ningún kamikaze
irresponsable, hará lo razonablemente posible por estar bien, pues “buena
salud” y “estar bien” son equivalentes. Salud, al igual que vivir, abarca mucho
más que efectuar la capacidad de respirar, comer, dormir y defecar. El ser
humano tiene como signo de identidad la concordancia entre lo que piensa,
quiere y hace, así como la posibilidad de con-vivir con los demás y compartir
con ellos sus luces y sus sombras. Además de la dimensión familiar, social,
profesional, además de la dimensión somática y fisiológica, el ser humano tiene
también constitutivamente una dimensión ética. “Ética” no dice relación
primordial con mandatos, leyes, mandamientos o deberes, sino sobre todo con el
resultado de ir haciéndose cada instante, decisión a decisión (no hay situación
humana que no implique decisión), de tal forma que finalmente se es responsable
de la biografía humana que se ha estado haciendo realidad: ganarse como humano
o echarse a perder como ser humano.
El perroflauta motorizado está siendo tratado desde ayer de
una posible angina de pecho estable. Eso no le lleva a retroceder, sino a
seguir siendo y haciendo lo que debe y quiere, eso sí, evitando momentos o
circunstancias adversas innecesarias. El perroflauta motorizado seguirá, pues,
cada mañana en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, Universidad,
Cultura y Deporte.
“O sea, que seguimos
aquí”, concluye Mairena. “¿Me dejas
que te diga algo respecto de eso que decías a propósito de la ética?”,
pregunta a reglón seguido. Y sin esperar permiso ni respuesta, habla Mairena: “Porque si el hombre, como
nosotros creemos, de acuerdo con la ética popular, no lleva sobre sí valor más
alto que el de ser hombre, el aventajamiento de un grupo social sobre otro
carece de fundamento moral”.
“Y para no
ponernos demasiado serios y transcendentales”, sigue hablando Mairena, “te cuento dos anécdotas que me ocurrieron en
clase”:
—Darete el dulce fruto sazonado del peral
en la rama ponderosa.
—¿Quieres decir que me darás una pera?
—¡Claro!
—Siempre está usted
descubriendo mediterráneos, amigo Mairena.
—Es el destino
ineluctable de todos los navegantes, amigo Tortolez.
Hasta mañana
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