martes, 21 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 169


El frío ha amainado mientras avanzaba la mañana. El perroflauta motorizado ha pasado la primera hora acompañado de Brahms, Henri Thoreau y su inseparable Mairena. Después ha disfrutado de la compañía de Paco y Marga.



Ayer y hoy es cuestión muy debatida en el portal de la Consejera los sucesos del fin de semana en apoyo a Gamonal y como remedo de Gamonal. Algunas personas cargan las tintas sobre la descomunal presencia policial en las calles de Zaragoza y solo hablan de ese asunto.  Y es que el miedo anida en las cabezas de los “responsables” policiales del PP. ¡Cuánto miedo tienen a que el pueblo se levante reclamando sus derechos y libertades! Otras, también presentes en el fregado, reconocen la presencia también de algunos individuos, bastante jóvenes, a quienes “les pone” la jarana con la policía, queman contenedores y lanzan pedruscos contra los escaparates de grandes superficies. El perroflauta motorizado conoce bien esa visión parcial, ese modo de relatar los hechos, desde hace mucho tiempo. El perroflauta motorizado echa de menos un diálogo tranquilo y sincero, que no nazca primordialmente de las vísceras, que no ofrezca primordialmente perspectivas sesgadas de los hechos.
Al perroflauta motorizado le espantan especialmente las personas que enseguida defienden la violencia como método de lucha por antonomasia. De hecho, cada vez está más convencido de que la violencia no es una respuesta adecuada contra la abrumadora violencia institucional y del Estado: paro, recorte de derechos, subida de precios, EREs salvajes, cargas policiales indiscriminadas, provocación policial inexplicable, corrupción, indultos a amiguetes y a amigos de amiguetes, preferentes, desahucios… Al perroflauta motorizado le tranquiliza, no obstante, constatar que a la mayor parte de quienes propugnan métodos de lucha violenta se les va la fuerza por la boca: casi tod@s lanzan grandes discursos sobre lo mal que va todo, pero vuelven a casa o se van a otro sitio a lanzar esos mismos discursos en una cadencia interminable de actos in vacuo, en el vacío.
Al poder que ordena y manda a los policías y a los soldados le convendría una resolución primordialmente violenta en la lucha por parte del pueblo, pues liquidarían al disidente fácilmente: tienen las pistolas, las cachiporras, los blindados y los aviones. Por eso hay que evitar darles pie a ello, regalarles escenas de unas pocas personas entre otras miles haciendo el mico agresivo en la calle. Al perroflauta motorizado le cabrea enormemente esa gente joven que se lo pasa en grande notando como sube la adrenalina por sus vasos sanguíneos, como si de un encierro de toros o de un alto tobogán de caída libre se tratara. Al perroflauta motorizado le indigna mucho más aún algunas actuaciones policiales en nuestras calles. Sus jefes (principalmente los Delegados del Gobierno) deberían ir a prisión.
El perroflauta motorizado está inequívocamente por la no violencia, por los métodos noviolentos de resistencia al poder que actúa contra el pueblo y los derechos del pueblo. No se trata solo de una serie de determinadas acciones y praxis (desobediencia civil, en sus múltiples versiones y modalidades, huelga de hambre, boicots institucionales, no colaboración pasiva y activa, huelgas sostenidas y efectivas…), sino también de una actitud, una convicción y una respuesta vital y concreta en consonancia. Frente a la fuerza bruta y la razón de la fuerza,  la fuerza de la razón, la fuerza de una inmensa cantidad de seres humanos que defienden su identidad humana, sus valores básicos, mostrando y demostrando que no recurrir a la violencia es lo que más desarma a los violentos. Nueve meses en el portal de la Consejera aragonesa de Educación adquiere sentido fundamentalmente en este contexto. Frente al poder de la violencia de Estado, el poder de la vida y de la libertad que identifican como tales a los seres humanos.
Imagínate ahora un pájaro de resplandeciente plumaje a quien un príncipe, Iván, le concede la libertad, a cambio de una de sus plumas. Poco después, el príncipe se enamora en un misterioso jardín a una princesa. Pero Iván es hecho prisionero de un malvado brujo, que quiere convertirlo en piedra, pero el pájaro de fuego viene en su ayuda. Tras una lucha infernal entre monstruos y buenos, el pájaro de fuego revela a Iván que el malvado brujo tiene escondida su alma dentro de un huevo. Kaschéi despierta, pero Iván se ha apoderado del huevo y lo estrella contra el suelo. El brujo y todo su séquito desaparecen para siempre. Y con el despertar de los caballeros petrificados, el príncipe y la princesa celebran su boda. Este es el delicioso argumento del ballet El pájaro de fuego de Igor Stravinski, del que puedes escuchar, si te apetece, el Finale.

Hasta mañana

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