El cierzo ha acentuado esta mañana la
sensación de frío, bastante cortante al final de la jornada. Cris, Adrián, Charo,
Maite, Abel y el perroflauta han soportado juntos el paso de los minutos y las inclemencias
del tiempo.
“Que tengas un gran día” – así le ha despedido
al perroflauta motorizado el camarero de la cafetería de la calle Alfonso antes
de emprender la tarea en el portal de la Consejera. Y sin duda ha sido un gran día. Ha venido
Federico Engels de Huesca a comer con el perroflauta motorizado, y antes ha estado
un buen rato con él en la calle Alfonso. Federico Engels ha sido monotemático
durante toda la mañana: “¿cómo aguantáis
tanto? No me explico cómo aguantáis tanto”, repetía y repetía.
Durante el trayecto en el tren hasta Zaragoza, ha
leído la noticia de que la ONG Oxfam Intermón ha publicado el Informe Gobernar para las élites. Secuestro
democrático y desigualdad económica, donde revela, por ejemplo, que “85 personas
acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad
más pobre de la población mundial. O que la mitad de la riqueza está en manos
de apenas el 1% de todo el mundo. Eso sin contar, advierte el informe, que una
considerable cantidad de esta riqueza está oculta en paraísos fiscales” (El
País). Por si fuera poco, dicho Informe asegura que “las
20 personas más ricas en España poseen una fortuna similar a los ingresos del
20 por ciento de la población más pobre” (Cadena SER).
“Estáis
en manos de un minúsculo grupo de ricos que deciden vuestras vidas” – sigue
diciendo Engels, mientras devora un plato de judías verdes-. “Las leyes, las instituciones, vuestro
presente y vuestro futuro penden de sus intereses. ¿Cuándo os vais a unir de
una vez? ¿Qué os diferencia de los proletarios del mundo? ¿Qué tenéis móvil,
tele de plasma y calefacción central? Proletarier aller Länder, vereinigt
euch!. Proletarios de todos los rincones del mundo, unid vuestras fuerzas”.
No sabe el perroflauta motorizado de
dónde ha salido, pero sentado a la mesa del restaurante está también Mijail
Bakunin, que añade, después de limpiarse los labios con la servilleta (había
pedido huevos a la cubana): “Bajo ese
escarnio de explotación económica y social del que informa Intermon Oxfam
subyace una realidad aún más triste: la inmensa mayoría de los seres humanos explotados
viven a gusto y se sienten relativamente dichosos, pues están alienados,
enajenados: se han alienado en los abalorios que los ricos les proporcionan
para comprar y consumir, han enajenado su humanidad, su dignidad y su libertad
a cambio de sobrevivir en las condiciones que a sus mentes estrechas y pequeñas
les parecen aceptables”.
Entra de improviso en el local un
hombre entrado en años, vestido de negro, que proclama a voz en grito: “Soy el nuevo cardenal católico, Fernando
Sebastián, natural de Calatayud, y os anuncio que la homosexualidad es una
deficiencia, una manera deficiente de manifestar la sexualidad, que hay que
corregir mediante tratamientos terapéuticos”.
-
Váyase
de aquí – le conmina el dueño del local.
-
Hablando
de enajenación este clérigo es un ejemplo reduplicado de alienación. En su
deplorable estado mental, se cree incluso predicador contra la alienación (atea
y laicista) – remacha Engels.
El
perroflauta motorizado cae en la cuenta de que también Cioran está comiendo con
el grupo, cuando le escucha decir: “En cuanto eleve la voz, sea en nombre del cielo,
de la ciudad o de otros pretextos, alejaos de él: sátiro de vuestra soledad, no
os perdona el vivir más acá de sus verdades y sus arrebatos; quiere haceros
compartir su histeria, su bien, imponérosla y desfiguraros. Un ser poseído por
una creencia y que no buscase comunicársela a otros es un fenómeno extraño a la
tierra, donde la obsesión de la salvación vuelve la vida irrespirable.” Y prosigue: “Esto
ya lo dije hace años en mi obra Adiós a
la Filosofía, que conste”.
Ya en casa, piensa el perroflauta motorizado: “cabalgamos entre una
oscura y enorme tormenta”.
“Esto nos suena a plagio”,
comentan cuatro hombres de abundantes melenas. Y se ponen a cantar en el
comedor de la casa Riders on the Storm.
A Federico Engels le ha gustado la canción.
Hasta mañana
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