martes, 16 de diciembre de 2014

El ventilador de Cospedal esparce su propia podredumbre


María Dolores de Cospedal ha encendido el ventilador: corrupción para todas y todos, podredumbre para todas y todos. En una entrevista en la Cope ha asegurado que la sociedad es tan corrupta como los partidos políticos. ¿Que hay corrupción en un partido político? La misma que hay en la sociedad, dice. Cospedal quiere dejarnos cubiertos de lo mejorcito del inmenso pozo negro de su partido y de cualquier otro partido corrupto, bien esparcido mediante su superventilador, a los sones de La cabalgata de las valquirias, de Wagner.
Hace unos meses estábamos hablando en el portal de la Consejera aragonesa de Educación sobre un programa de televisión del día anterior. Una muchacha joven intervino en un momento dato, diciendo. “Yo no puedo ver la televisión, porque me han cortado la luz”. Aquellas palabras se me quedaron clavadas y ahora se han convertido en arco iris y también en carcajada frente a Cospedal, su ventilador y su mierda. Y para colmo leo ayer que solo en el año 2013 un millón de familias españolas han sufrido cortes de luz.
¿Corrupción? ¿En la sociedad? ¿En toda la sociedad o en la sociedad donde respira, come, miente y vomita Cospedal? No vivo en el lumpen ni entre el lumpen, pero conozco muchos casos que contradicen la pretensión de ampararse en el mecanismo racionalizador de defensa que tanto emplean ella, su partido y la casta entera: todos los hacen, incluso tú más que yo. Por consiguiente, dice Cospedal, no admito críticas porque mi podredumbre es como la de todos los demás, ni más ni menos.
En una afirmación que atenta contra las reglas elementales del análisis del lenguaje, asegura Cospedal que la corrupción "no es patrimonio de nadie" sino que "lamentablemente es patrimonio de todos". “Todos” y “nadie” unidos por el desvarío de Cospedal.
Busco “patrimonio” en el diccionario de la RAE:
patrimonio.
(Del lat. patrimonĭum).

1. m. Hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes.
2. m. Conjunto de los bienes propios adquiridos por cualquier título.
3. m. Conjunto de los bienes propios, antes espiritualizados y hoy capitalizados y adscritos a un ordenando, como título para su ordenación.
5. m. Der. Conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin, susceptibles de estimación económica.

Se me cae la cara de vergüenza: ¡estos son los y las gobernantes que deciden los destinos de la sociedad donde vivimos, la sociedad que Cospedal declara tan corrupta como la casta política corrupta.
Cospedal vuelve del revés la teoría rousseaniana de la bondad natural del ser humano, corrompible en contacto con la sociedad. Ahora Emilio es ciudadano antes que humano, sus intereses son sociales antes que personales. Emilio corrompe al político, porque previamente ha configurado su propia corrupción. En el fondo, para Cospedal los políticos son corruptos porque viven en la sociedad corrompida por y del Emilio Corruptor. ¿Qué hemos hecho para tener tanta persona inepta, tanta gente inmadura en los despachos gubernativos? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? ¿Qué estamos haciendo para echarlos democráticamente de sus guaridas?


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