viernes, 3 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 157




Acaba la semana 31ª en el portal de la Consejera.

Hoy he ido antes a la calle Alfonso, pues en una cafetería cercana al portal he tomado un café con Inma, ex alumna en el IES Grande Covián y ahora trabajadora en Budapest, adonde parte mañana mismo. La quiero como a una hija.
Unos pocos minutos después de estar ensimismado ya en el portal ha salido como ayer rauda y veloz la señora Consejera, siempre acompañada, siempre en dirección a la plaza del Pilar. Ni un saludo ni siquiera una mirada crítica o severa. Nada de nada. El hombre invisible soy. Me asocio a mí mismo con el conocido disco de Travis “The invisible band”, quizá aludiendo a la “invisible Hand” de Adam Smith. Aquí le dedico la primera canción del álbum (Sing) a la Consejera. La letra le va bastante bien.
Al cabo de un rato han venido Raquel, de Marea Verde, Marisol, Adrián y finalmente Laura, también de Marea Verde. Hemos tenido una conversación sobre algunos temas que desconocía y me han dejado atónito. Hasta dentro de una breve temporada no puedo revelar nada, para no perjudicar a terceros. Comenzaré a investigar sobre el asunto concienzudamente.

Al final de la mañana han acudido al portal Charo y Víctor, que enseguida se han enfrascado en una conversación con otras personas. Y mención especial merecen mi buen amigo Arturo y su hijo Hugo, de 2º de Primaria, todo delicadeza y dotado de una brillante luz que brota de su interior.




A ti y a tod@s quiero ofrecerte este poema, que escribí hace ya muchos años, donde puse toda mi alma, la misma que pongo ahora y aquí en cada uno de sus versos contigo y para ti:

Des-integración

Para integrarnos
 (en la vida...)
debemos revisar las coartadas mentales que disfrazan sus latidos
y también las pautas que nos marcan ya en el paritorio,
 poner entre paréntesis las metas  que estamos habituados a esperar,
dudar de todo y todos,
añorar el estado primitivo de lo simple,
rechazar las suaves almohadillas que nos brindan sutilmente,
no dormir, velar las armas
noche a noche
en esta noche continua,
preguntarnos siempre el porqué de todo instante
y apresar temblorosos la entraña elemental de cada cosa.

Para integrarnos
(en la vida...)
no hay que agachar jamás la cabeza sin remedio,
resignados al destino fatal de los hechos consumados.
Las cosas no son cosas. Son senderos trazados por nosotros.
Y cada cual tiene en sus manos un pico y una pala
con que abrirse camino a su morada,
para hacerla de todos.
No podemos elegir ser o no ser parte de ese todo llamado sociedad,
pero podemos aliviar tanta carga sobre el hombro del amigo,
abortar los proyectos de hojalata que nos cuelgan al cuello de por vida
asumir la sangre que nos bulle furiosa en nuestro cuerpo,
afirmar hora tras hora que lo difícil es posible,
seguir hacia adelante sin excusas,
soportando el dolor,
con los dientes apretados,
libar con deleite las esencias profundas del amor, del riesgo,
del miedo solitario,
del tiempo,
 del espacio.

Para integrarnos
(en la vida...)
tenemos que asombrarnos del sol de cada día,
despejar laberintos que nos pierden,  desintegrar el cosmos conformista.

Integrarse significa integridad consigo mismo y con la tierra.
Integrarse es rebelarse.
Saber que nuestras manos crean novedades.
Integrarse es mejorar lo irremediable.
Desear que el fuego abrase el equilibrio que asesina,
la lucha errante, el silencio locuaz que clama coherencia,
la muerte sudorosa, el trabajo humano y liberado,
los niños que son niños, el remanso esperanzado del anciano,
los árboles, el cielo, el mar y el viento.

Para integrarnos
debemos revivir las preguntas que hirvieron hace tiempo en nuestra mente,
alcanzar un nombre que coloque nuestros planes en su sitio,
lanzarnos al vacío abrazando plenamente el calor y las tinieblas,
provocar mutaciones sustanciales en las casas, en las calles y en los campos,
deshelar el corazón entumecido, calentar motores, plantar, sembrar,
resistir, vindicar, conseguir, lanzar risas y alaridos por el mundo.

Para integrarnos
saldremos de este mundo,
 hacia el espacio abierto en canal,
traspasaremos las galaxias, los confines del futuro y del pasado,
seremos piedra,
clavel, cocodrilo, rayo, lluvia,
nos sentiremos iguales,
compañeros, hombres, limpios.
Y entonces volveremos...
Nos hablarán de la guerra y de la muerte,
 del odio, del hambre, del llanto solitario.
Y todo será nuestro: lo llenaremos de vida.
Y todo será nuestro: integraremos con amor todas las cosas.


Para acabar, otra canción de The Invisible Band, de Travis, que también me gusta mucho. El mensaje puede también venirnos al pelo.

Tres días de “vacaciones”: sábado, domingo y lunes (4, 5 y 6 de enero), sin ir al portal, a no ser que la Consejera Serrat o el Delegado del Gobierno Alcalde dispongan otra cosa.

Un fuerte abrazo, compañer@s

Hasta siempre



2 comentarios:

  1. Hola soy Hugo, me ha gustado lo que
    me has puesto Antonio y todos.Gacias
    por defender coles como el Miraflores.Un beso,
    HUGO.

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  2. Ha sido estupendo conocerte, Hugo. Me has dado muchas energías para continuar allí y para que tu cole y todos los coles del mundo sean como deben ser: públicos, laicos y de calidad.

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