Mi amiga y mi hermana Ana Cuevas ha dejado
un post en su blog Kuentos Chinos, que me ha llevado a la emoción y al
sentimiento agudo de nuestra amistad. ¡Gracias, Ana! Puedes leerlo en su blog:
LA LIBERTAD NO
PRODUCE ECZEMAS
El profesor
Aramayona es uno de los seres más consecuentes que me he topado en la vida.
Podría hablar del filósofo, del esc
ritor, del
psicólogo. Del hombre cultivado y melómano con el que siempre
resulta delicioso departir de lo humano y lo divino. Especialmente si
consideramos que nunca ha sido de aquellos que se ven amedrentados por expresar
su libre opinión sobre cuestiones tan fundamentales. De ahí su compromiso con
el Movimiento por un Estado Laico y con el DMD (derecho a la muerte digna). La
grave enfermedad que padece no ha sido impedimento para que mi querido
"perro-flauta motorizado" (como a él mismo le gusta calificarse)
diera un paso adelante y decidiera hacer uso de su libertad de pensamiento
realizando una acción pacífica de protesta ante la puerta de la
consejera de educación María Dolores Serrat. Como profesor, se le desgarraba el
alma por el deterioro que la educación pública sufre en nuestra comunidad. Por
eso estuvo casi dos años cada mañana , día tras día, ejerciendo su
silenciosa protesta pertrechado con inofensivos carteles en el portal de la
consejera. Esta respetuosa denuncia le acarreó juicios, multas y procesos que
aún colean pero que, lejos de hacerle reblar en su determinación, Le motivaron
mucho más. Lo mismo nos pasó a cuantos tuvimos el honor de acompañarle en
alguno de esos gloriosos días en los que acabábamos cantando el Himno
de la Libertad como despreocupados orates en medio del gentío. La desmesurada
respuesta a este inocente acto de rebeldía nos indignó y nos hizo comprender
que la libertad de expresión no está de moda en estos lares. Y eso nos hizo
apoyar su causa (la de todos nosotros) con renovadas energías.
Recientemente
Antonio decidió trasladar su silla de ruedas y sus anatémicos letreros a otro
portal del centro. El del delegado del gobierno Gustavo Alcalde. En los
cartones que enarbola el profesor se habla de los recortes en los derechos y en
las libertades ciudadanas. De la ley mordaza. De manera automática, el delegado
del gobierno le puso tres querellas y el pasado miércoles fue arrestado y
trasladado a dependencias policiales. Lo de trasladado es un decir puesto que,
ante la manifiesta imposibilidad de meter a Antonio con su silla en el coche
patulla, el detenido se vio obligado a llamar a un taxi preparado
para estos menesteres (a cargo del presunto delincuente) para poder acceder a la
comisaría donde permaneció mas de tres horas, fue identificado anatómicamente,
se le tomaron las huellas y se le advirtió que debía quedar a disposición del
juez para presentarse en cualquier momento. Al día siguiente volvió al portal
donde había sido detenido. Tuvimos una conversación sobre este tema. Sabía que
volvería. Y que lo seguirá haciendo mientras las fuerzas se lo permitan porque
lo único que asusta a mi compadre es quedar paralizado por el miedo. Aceptar la
mordaza. No hacer nada.
Como decía al
principio, podría hablar de muchas cosas que definen a Antonio Aramayona y que
lo convierten en un referente en cuanto a coherencia y compromiso. Pero es
mucho más para mí. Un miembro de mi familia. Un hermano inteligente y divertido
con el que compartimos paellas, risas y canciones los domingos. Un tipo que
avanza a golpes de puro corazón pese a tenerlo maltrecho y remendado. Un amigo
entrañable al que le divierten mis idas de cabeza y que siempre me tiende los
brazos cuando siento que avanza el lado oscuro. Y su calor me llena de paz y de
alegría.
Antonio es un
hombre bueno sobre todas las cosas. Y muchos lo amamos exclusivamente por eso.
Es una rara avis en esta sociedad de cínicos desviscerados.
Tan difícil de hallar como ese que buscaba Diógenes por los rincones. Más valioso que
todos los delegados del gobierno, consejeras y mordazas que pretenden
reprimirle. Quién se meta con él, se está metiendo conmigo.
Y se que
hablo por la boca de otros aragoneses que sienten lo mismo. Quién tanto bien
reparte, merece recibir lealtad. El pobre delegado está en la higuera si piensa
que puede resolver este conflicto a machetazos. Antonio es pacifista pero
además, es muy valiente. Una cualidad a la que el señor Gustavo Alcalde debe
ser alérgico. Yo le aconsejaría que se fuera abasteciendo de urbasones. Una aguda
crisis se avecina. La libertad está llamando a la puerta.
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¡Gracias, Ana!
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