Viernes, acaba la semana en la plaza de
España de Zaragoza. Marisol (finalmente, Pedro, su marido) ha llevado
amablemente a la Delegación del Gobierno las Alegaciones a la última sanción de
300 euros con motivo de lo acontecido en el portal de la Consejera aragonesa de
Educación el último 30 de abril. Mi abogada en materia Administrativa, Paula
Hormigón, de la Asociación Libre de Abogados de Zaragoza, ALAZ) ha vuelto a
poner de manifiesto el agudo y certero tratamiento a este enésimo desvarío
sancionador por parte de la Delegación del Gobierno.
Wert se va. Serrat se va. Los orientales
en la Antigüedad, al salir de una ciudad que querían erradicar de su memoria,
sacudían sus sandalias a la salida de la misma, como símbolo de que no querían guardar
consigo ni una mota de polvo ni una
brizna de algo que les recordase aquella localidad maldita. Yo sacudo mis
sandalias con indignación y repugnancia ante estos dos sapos iscariotes de la
contraeducación. Serrat vegeta ya en las Cortes de Aragón. Wert es posible que
vaya de embajador a la OCDE, pues allí ha ido a relumbrar su pareja. Wert dijo
que “solo tiraba la toalla cuando salía de la ducha”. Menudo botarate. La
comunidad educativa española debería llevar a Wert al Tribunal Internacional de
La Haya por su irresponsabilidad y los crímenes perpetrados contra tantas y
tantas familias y sus hijos e hijas, contra tant@s jóvenes, contra el conjunto
del profesorado, contra el derecho a una educación pública, laica y de calidad.
Serrat solo merece ser conducida al más polvoriento de los baúles de la
desmemoria. Que tanto castigo lleven como paz dejan.
Mañana venturosa con Rogelio, Pilar
y Silvia. Marisol, esplendorosa, más joven y aún más guapa con su cambio de look.
Cabalguemos sin descanso (en eso consiste
precisamente el mejor de los descansos) reivindicando los derechos humanos y
las libertades cívicas.
hasta pronto
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