Regresé ayer de Madrid, repleto de las
sensaciones y vivencias que esperaba, del sabor y fulgor de las estrellas y
galaxias que crucé con Begoña, con familiares, colegas y amigos.
Hoy reunión matutina con mi abogada Paula
Hormigón, de ALAZ, para tratar el Procedimiento sancionador. Acuerdo de Inicio
de expediente, por lo acaecido el día 30 de abril, en la vía pública, en las
cercanías del portal de la Consejera aragonesa de Educación, que tanto daño ha
hecho y ¡aún! sigue haciendo al mundo educativo aragonés. Ese día fue el último
en aquel portal. Ni convoqué ni organicé nada. Ese día nos identificaron a las
personas que nos saludamos por última vez allí, tras 23 meses de estancia,
lucha y reivindicaciones. Me acusan de ser “el organizador o promotor” de una
concentración no autorizada ni comunicada. Me proponen proceder al pago
voluntario de una multa de 301 euros. Las pruebas en que se basan para ello: “Según
el informe emitido por el Cuerpo Nacional de Policía, su actitud y sus manifestaciones evidencian que fue Ud. el
organizador o promotor de dicha concentración”. ¡Mi actitud y mis
manifestaciones!, es decir, entregar en silencio y sin ningún tipo de
comentarios mi DNI cuando se me pidió y despedirme al final de la Policía con
educación”. No saben ya a qué agarrarse para sancionar y acosar (eso sí es
coacción, señor Delegado del Gobierno).
La mañana, plácida y sin accidentes. De
nuevo, zambullido en la sensación de estar haciendo lo que quiero y lo que
debo, aunque no donde quiero y donde quizá debería…
Recomiendo el artículo de Sergio del
Molino publicado ayer en el Hutfington “Los
niños no se mueren”.
Bego y yo cantábamos esta canción de
Supertramp cuando íbamos y volvíamos de su cole “Basilio Paraíso” en el coche.
¡Nos encantaba! Va para ti, Begoña.
Hasta mañana
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